El selenio es un nutriente esencial para el cuerpo humano, ya que hace parte del proceso de reproducción y del funcionamiento correcto de la glándula tiroidea, la producción de ADN y la protección contra infecciones y daños causados por los radicales libres.
Los expertos aseguran que por lo general la cantidad diaria de selenio necesaria varía según la edad. Los bebés hasta los 6 meses necesitan 15 mcg, los bebés de 7 a 12 meses deben consumir 20 mcg; mientras que los niños de 1 a 3 años requieren 20 mcg, los de 4 a 8 años necesitan 30 mcg, y los de 9 a 13 años deben consumir 40 mcg. A partir de los 14 años y hasta los 70 se recomienda consumir 55 mcg de selenio al día, y de los 71 en adelante deberá ser 70 mcg Las cifras van aumentando a medida que pasan los años; sin embargo, es fundamental hablarlo con el nutricionista.
El selenio se encuentra de forma natural en diversos alimentos como los mariscos, carne, carne de ave, huevos, productos lácteos, pan, cereales y otros productos derivados de cereales.
En los Estados Unidos, la mayoría de las personas obtienen suficiente selenio en su dieta debido a la variedad de alimentos consumidos, incluso aquellos de zonas con suelos ricos en selenio.
Sin embargo, algunas personas pueden tener dificultades para obtener suficiente selenio, como las personas que reciben diálisis renal, las personas con infección por VIH y las personas que consumen solo alimentos cultivados o criados localmente en suelos con bajo contenido de selenio.
La deficiencia de selenio es rara, ya que este nutriente se encuentra en muchas comidas que hacen parte de la dieta latinoamericana, pero puede causar la enfermedad de Keshan, una enfermedad cardíaca, e infertilidad en los hombres. También podría provocar la enfermedad de Kashin-Beck, una forma de artritis que causa dolor, inflamación y pérdida de movimiento en las articulaciones.