En la agitada vida moderna, el insomnio se ha convertido en un problema cada vez más común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Las noches en vela, los pensamientos recurrentes y la incapacidad para conciliar el sueño pueden tener un impacto significativo en la salud y el bienestar general.

El insomnio es un trastorno del sueño caracterizado por la dificultad para dormir o permanecer dormido durante la noche. Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos (NINDS, por sus siglas en inglés), el insomnio puede tener múltiples causas, que van desde el estrés y la ansiedad hasta los cambios en el entorno o los trastornos médicos subyacentes.

La ansiedad y el estrés son factores comunes que contribuyen al insomnio. Preocupaciones laborales, problemas personales o emocionales pueden mantener la mente activa y dificultar el sueño. Asimismo, los trastornos médicos como el síndrome de piernas inquietas, la apnea del sueño o la depresión también pueden ser desencadenantes del insomnio.

Las consecuencias del insomnio pueden ser devastadoras para la salud física y mental de una persona. La falta de sueño adecuado puede provocar dificultades de concentración, disminución de la memoria, fatiga crónica, irritabilidad y afectar negativamente el rendimiento laboral o académico. Además, la privación crónica del sueño se ha asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, obesidad y trastornos del estado de ánimo.

El insomnio puede tener múltiples causas, que van desde el estrés y la ansiedad hasta los cambios en el entorno o los trastornos médicos subyacentes. (Imagen de referencia) | Foto: El País

¿Cómo prevenir el insomnio?

Para prevenir el insomnio, es fundamental adoptar un estilo de vida saludable y establecer una rutina de sueño adecuada. La Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos (NSF, por sus siglas en inglés) recomienda mantener un horario regular de sueño, crear un ambiente propicio para descansar (con una temperatura adecuada y sin ruidos molestos), evitar la exposición a dispositivos electrónicos antes de dormir y realizar actividades relajantes, como leer o tomar un baño caliente, para preparar el cuerpo y la mente para el descanso.

Plantas para dormir mejor

Además de estas medidas, algunas plantas medicinales han sido reconocidas por su capacidad para ayudar a reducir el insomnio y promover un sueño reparador.

Valeriana

La valeriana (Valeriana officinalis), por ejemplo, es una planta con propiedades sedantes que se ha utilizado tradicionalmente como remedio natural para el insomnio. Preparar una infusión con una cucharadita de raíz de valeriana seca en una taza de agua caliente puede ser beneficioso para aquellos que buscan mejorar su calidad de sueño.

La valeriana es una planta con propiedades sedantes que se ha utilizado tradicionalmente como remedio natural para el insomnio. (Imagen de referencia) | Foto: LianeM/Getty Images

Manzanilla

Otra planta conocida por sus efectos relajantes es la manzanilla (Matricaria chamomilla). La manzanilla contiene compuestos como la apigenina, que actúan como sedantes suaves y promueven la relajación. Una taza de infusión de manzanilla antes de acostarse puede ayudar a aliviar la ansiedad y facilitar el sueño.

La manzanilla contiene compuestos como la apigenina, que actúan como sedantes suaves y promueven la relajación. (Imagen de referencia) | Foto: Getty

Por supuesto, es importante recordar que cada persona es única y lo que funciona para algunos puede no ser efectivo para otros. Antes de probar cualquier remedio natural, es recomendable consultar a un profesional de la salud, especialmente si se están tomando otros medicamentos o se tienen condiciones médicas preexistentes.

Evitar alimentos antes de dormir

Para prevenir el insomnio, es importante tener en cuenta que ciertos alimentos y bebidas pueden interferir con el sueño y empeorar los síntomas. Aquí hay algunos alimentos y bebidas que la NSF recomienda evitar antes de acostarse:

  • Cafeína: Evitar consumir cafeína en cualquier forma, como café, té, bebidas energéticas, refrescos con cola y chocolate, especialmente en las horas previas a acostarse. La cafeína es un estimulante que puede mantenerlo despierto y dificultar la conciliación del sueño.
  • Alcohol: Aunque el alcohol puede ayudar a conciliar el sueño inicialmente, puede interrumpir el ciclo normal del sueño y provocar un sueño fragmentado y poco reparador. Se recomienda evitar el consumo de alcohol antes de acostarse.
  • Comidas pesadas y picantes: Las comidas pesadas y picantes pueden causar malestar estomacal, acidez y reflujo gastroesofágico, lo que puede dificultar la conciliación del sueño y provocar despertares nocturnos.
  • Alimentos ricos en grasas: Los alimentos ricos en grasas, como las comidas fritas y los alimentos procesados, pueden requerir una digestión más lenta y dificultar el sueño. Se recomienda optar por comidas ligeras y equilibradas antes de acostarse.
  • Bebidas carbonatadas: Las bebidas carbonatadas, como los refrescos, pueden provocar gases y distensión abdominal, lo que puede causar molestias y dificultar el sueño.
  • Alimentos con alto contenido de azúcar: Los alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar, como los dulces y los postres azucarados, pueden provocar picos de energía y dificultar la conciliación del sueño.