El colesterol es un término que a menudo se asocia con la salud cardiovascular y el bienestar general del organismo. En este contexto, el colesterol LDL, también conocido como “colesterol malo”, juega un papel crucial en la evaluación de los riesgos para la salud.
Esta sustancia es un lípido esencial presente en todas las células del cuerpo y es necesario para diversas funciones, como la producción de hormonas y la formación de membranas celulares. Sin embargo, el exceso de colesterol, especialmente del tipo de lipoproteína de baja densidad (LDL), puede dar lugar a problemas de salud.
El colesterol LDL se conoce precisamente como “colesterol malo” debido a su asociación con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares.
La acumulación de placas ateroscleróticas en las arterias puede tener consecuencias graves para la salud cardiovascular. Estas placas pueden restringir el flujo sanguíneo y disminuir la oxigenación de los tejidos, lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, como la enfermedad coronaria, el infarto de miocardio y la angina de pecho.
Además, si una de estas placas se rompe, puede desencadenar la formación de un coágulo sanguíneo que puede bloquear por completo una arteria, causando un accidente cerebrovascular o un ataque cardíaco.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 30 millones de personas en todo el mundo sufren de altos niveles de colesterol, lo que ha llevado a muchas personas a preocuparse por mantener estable estos niveles y eliminar el que es considerado como malo, pues cuando los niveles de colesterol LDL son altos, puede haber un desequilibrio en el sistema de transporte, lo que lleva a la acumulación de esta molécula en las arterias.
Aparte de la actividad física o los medicamentos, la dieta juega un papel fundamental para gozar de una buena salud cardiovascular, y en este sentido hay tres alimentos que pueden ayudar de gran manera para lograr el objetivo.
Cereales integrales
Este tipo de alimentos contienen una cantidad significativa de fibra dietética, tanto soluble como insoluble. La fibra soluble forma un gel en el tracto digestivo que se une al colesterol y lo ayuda a eliminarse del cuerpo, reduciendo así su acumulación en las arterias. Por su parte, la fibra insoluble reduce la absorción de colesterol en el intestino, lo que contribuye a mantener niveles más bajos de colesterol en el cuerpo.
Los cereales integrales también tienen un índice glucémico más bajo en comparación con los cereales refinados. Esto significa que liberan glucosa en la sangre de manera más gradual, lo que puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir la producción excesiva de colesterol por parte del hígado.
Algunos ejemplos de este tipo de productos incluyen avena, quinua, arroz integral, cebada, trigo integral y centeno. Al elegir estos cereales en lugar de sus contrapartes refinadas, como el arroz blanco o los cereales procesados, se pueden aprovechar los beneficios para la salud cardiovascular y el control del colesterol.
Aguacate
Esta fruta es rica en grasas saludables, especialmente en ácidos grasos monoinsaturados. Estos ácidos grasos pueden ayudar a aumentar los niveles de colesterol HDL (lipoproteína de alta densidad), conocido como “colesterol bueno”.
También, en el aguacate hay gran presencia de fitosteroles, compuestos vegetales que se parecen estructuralmente al colesterol. Consumirlos puede ayudar a reducir la absorción de colesterol en el intestino, lo que a su vez puede disminuir los niveles de colesterol LDL en el torrente sanguíneo.
El aguacate contiene compuestos bioactivos, como los carotenoides, que pueden influir en la regulación del metabolismo lipídico y reducir los niveles de colesterol LDL.
Legumbres
Al igual que los cereales integrales, las legumbres son ricas en fibra dietética, especialmente en fibra soluble que ayuda a eliminar el colesterol LDL a través de las heces.
Por otra parte, son una excelente fuente de proteínas vegetales. Cuando las legumbres se incorporan en la dieta en lugar de fuentes de proteínas animales ricas en grasas saturadas, como carnes rojas, pueden ayudar a reducir la ingesta total de grasas saturadas y contribuir a un mejor equilibrio de lípidos en el cuerpo. Incluso, algunas investigaciones sugieren que los compuestos presentes en las legumbres pueden tener efectos antiinflamatorios que benefician la salud cardiovascular en general.
Las lentejas, frijoles, garbanzos y la soja son alimentos de este grupo que se pueden incorporar de una manera práctica a la dieta.