El de Juan David: un corazón que late contra todo pronóstico; avances en materia de trasplantes

En Jenesano, Boyacá, un adolescente de 16 años ha desafiado la vida con una valentía que pocos podrían imaginar. Su nombre es Juan David Galindo y ha tenido tres corazones: el que lo vio nacer, y uno y otro trasplantado. Pero, además de esa hazaña, él fue el primer niño en Colombia en recibir una asistencia ventricular izquierda, es decir, el implante de un corazón artificial.

Desde los 3 años, la vida de Juan David fue marcada por una enfermedad bastante rara: una miocardiopatía dilatada genética, que debilitó el músculo de su corazón y lo obligó a enfrentar una batalla incansable por su salud. Él y su madre, Diana Galindo, viajaron hasta Bucaramanga, al Instituto Cardiovascular del Hospital Internacional de Colombia, HIC, en busca de un tratamiento especializado, donde recibió atención durante más de una década.

Pero los desafíos de Juan David no terminaron ahí. Antes de poder entrar a la lista de espera para su primer trasplante, sufrió un accidente cerebrovascular isquémico que lo dejó temporalmente ciego, mudo y sin movilidad. Fue un golpe devastador, pero el pequeño nunca perdió la esperanza.

Con el apoyo incondicional de su madre y el equipo médico del HIC, comenzó una larga y dura recuperación. En 2012, la espera terminó, cuando recibió el primer trasplante de corazón. Fue una nueva oportunidad para vivir, y la infancia de Juan David se llenó de sueños y proyectos.

Sin embargo, la vida tiene giros inesperados. Once años después, el rechazo crónico de su corazón trasplantado comenzó a deteriorar su salud. La incertidumbre volvió a invadir a la familia Galindo, pero el coraje del chico no flaqueó. La espera por otro corazón comenzó, y en marzo de 2023 recibió el trasplante que lo mantuvo con vida. El procedimiento fue exitoso, pero exigió un seguimiento minucioso, debido a las complicaciones que surgieron.

Ahora, en 2025, tras meses de chequeos y con la certeza de que su cuerpo ha aceptado el nuevo corazón, el menor sigue su vida: cursa último año de secundaria y quiere estudiar sistemas. Al igual que los corazones que ha recibido, su espíritu no conoce límites.

Para Javier Mauricio Castro Monsalve, jefe del Programa de Falla y Trasplante Cardíaco Pediátrico del hospital, el caso de Juan David es más que un desafío médico: es un testimonio de la importancia de la donación de órganos.

“Gracias a la infraestructura, la experiencia del HIC y los donantes y sus familias, intervenciones tan complejas se hacen realidad. Este esfuerzo conjunto no solo salva vidas, sino que resalta el impacto de la donación de órganos y tejidos y la importancia de dejarlo conversado”, comenta.

Avances significativos

Víctor Raúl Castillo Mantilla, CEO del HIC–Fundación Cardiovascular, señala que en las últimas tres décadas Colombia ha logrado avances significativos en la cirugía cardiovascular. “La disminución de la mortalidad, la capacidad para realizar intervenciones mucho más complejas y la implementación de nuevas técnicas quirúrgicas” son algunos de ellos.

Desde el punto de vista técnico, continúa, la introducción de herramientas como el ECMO (Oxigenación por Membrana Extracorpórea, por sus siglas en inglés), que permite la circulación permanente para recuperar el corazón, ha sido crucial”. Así, el Hospital Internacional de Colombia es el centro médico que más trasplantes de corazón suma en el país, junto con los de hígado, páncreas, pulmones y riñones.

Para Castillo Mantilla, la posibilidad de realizar estos procedimientos se debe a la decisión de muchas personas de donar sus órganos. “Es un acto de vida en el momento de la muerte, un regalo que salva muchas vidas, como la de Juan David”, anota. Hasta la fecha, el HIC-Fundación Cardiovascular ha realizado 2073 trasplantes de órganos y tejidos, de los cuales 276 corresponden al corazón.

Según explican, la experiencia acumulada y los avances científicos permitido que hoy se realicen procedimientos que hace tres décadas eran impensables. El corazón artificial, por ejemplo, se ha consolidado como una herramienta vital para salvar vidas. Además, el hospital sigue apostando por la innovación tecnológica, con la próxima adquisición de un robot para cirugía cardíaca, lo que marcará el inicio de una nueva era en la cirugía robótica de corazón.

“Hace 30 años, la cirugía cardíaca era muy compleja, con una hospitalización de entre ocho y diez días. Hoy en día, los avances en la preservación del corazón durante las intervenciones permiten que los pacientes puedan ser dados de alta en 48 a 72 horas”, manifiesta Castillo Mantilla.

El HIC-Fundación Cardiovascular no solo se destaca por su calidad en la atención, sino también por su prestigio en América Latina. Actualmente ocupa el sexto lugar en el ranking de la Latam Business Conference y en el de la revista América Economía, además de contar con cinco estrellas en la clasificación de Newsweek.

“El HIC tiene hoy la capacidad de atender hasta 1400 pacientes, con un 40 % de camas UCI, más 20 salas de cirugía, dos helipuertos, una farmacia robotizada y un avión ambulancia propio, entre otros recursos. Todo esto nos permite ofrecer una atención integral y de alta complejidad”, concluyó el médico Castillo Mantilla.

Corazones artificiales

Según el CEO del HIC, los corazones artificiales están consolidándose rápidamente como una opción viable para pacientes que dependen de dispositivos de asistencia ventricular. “Es una tecnología maravillosa, que ha demostrado grandes avances y, comparada con los trasplantes cardíacos, los resultados en pacientes con corazones artificiales, al menos durante los primeros diez años, son claramente superiores”, asegura.

El mercado colombiano cuenta con un nuevo modelo de corazón artificial, más pequeño y con mejores características, lo que promete grandes beneficios para los pacientes. Sin embargo, aún hay aspectos por mejorar. Por ejemplo, la posibilidad de transmitir energía de manera transdérmica y la integración de un pequeño computador dentro del propio corazón artificial podrían hacer que el dispositivo sea autónomo, reduciendo la necesidad de cables y ofreciendo mayor comodidad al paciente.

Lo más prometedor de estos avances es que los corazones artificiales no requieren inmunosupresores, biopsias ni otros tratamientos invasivos, lo que mejora significativamente la calidad de vida de quienes los reciben. “Los resultados clínicos son excelentes, y nuestra experiencia con esta tecnología ha sido maravillosa”, afirma el CEO del HIC, antes de añadir que “cuando logremos que estos dispositivos sean completamente autónomos, con una fuente de energía propia, se convertirán en un desarrollo trascendental para la humanidad”.

Por ahora, sigue, la clave está en reducir los costos de producción, para que esta tecnología pueda popularizarse y beneficiar a un mayor número de pacientes, transformando radicalmente el tratamiento de la insuficiencia cardíaca en los próximos años.