Para Thomas Erickson, autor del libro Rodeados de Narcisistas, de editorial Planeta, “muchas personas normales y corrientes muestran rasgos inconfundiblemente narcisistas, sin haber recibido un diagnóstico nunca. No hay duda, además, de que nuestra sociedad promueve y recompensa ese tipo de comportamientos”.

Por ello, no es extraño que algunas personas no se hayan dado por enteradas de que su pareja es uno de ellos.

Sin embargo, hay señales para detectarlos, según Erickson, coach en lenguaje corporal, interpretación de patrones de comportamiento y análisis de los tipos de personas, y quien lleva más de 20 años impartiendo conferencias y seminarios a ejecutivos y directivos de empresas como Ikea, Coca-Cola, Microsoft y Volvo.

Para el experto, los narcisistas van por ahí sintiendo que no hay nadie mejor que ellos, mientras hacen sufrir a todos los que los rodean: “Mantienen su sentido del orgullo a fuerza de increpar a cualquiera que sientan que los ha insultado. Se permiten seguir sintiéndose fabulosos, a base de atribuirse el mérito de los logros ajenos. Cultivan una imagen de éxito en el terreno sexual saliendo con infinidad de potenciales parejas que nunca sabrán de la existencia de las demás”.

Características habituales de un narcisista

Tiene una imagen exagerada y poco realista de sí mismo. Es muy egocéntrico. Solo habla de sí mismo. Se siente especial y único. Es arrogante y soberbio. Rápido a la hora de criticar y juzgar a los demás. Es muy sensible a las críticas. Considera que las normas no se le aplican. Practica el autobombo constantemente. Se siente con derecho a lo mejor de todo. Valora el poder y la fama. Exige un reconocimiento constante. Responde de forma agresiva cuando se le pone en duda. Es mentiroso y manipulador.

Precisamente, esa autoimagen poco realista de los narcisistas a menudo tiene que ver, dice el autor, “con su incapacidad para reconocer sus propias limitaciones”.

Para un narcisista, “te quiero” significa, advierte el experto, “me haces la vida más fácil”, “gracias por darme lo que necesito”. “Te quiero porque me haces quedar muy bien”. Y explica que para el narciso es muy importante “la forma en que lo hagas quedar ante los demás. Que seas más joven, más atractivo o que tengas un colchón de dinero para las épocas de vacas flacas” será perfecto para él.

“Te quiero” también podría significar, según el autor del libro Rodeado de Narcisistas, “me alegro de que respondas a mí y reconozcas mi grandeza”. O “me encanta que me quieras. Que hagas que mi vida sea maravillosa, que sigas tolerando mis pequeños maltratos y que no me pongas en evidencia. Que te tragues todas mis m*****, día tras día. Que asumas toda la responsabilidad de nuestra relación, y que la mantengas viva. Yo no tengo que hacer gran cosa, mientras que tú te desgastas intentando conseguir que yo te quiera como tú me quieres”.

En el peor de los casos, un “te quiero”, señala Erickson, equivale a “eres más tonto de lo que creía; suerte tienes de que te dejé pasar tiempo conmigo”.

Buscan a personas vulnerables

Siempre habrá gente que aguantará lo que sea por no estar sola. Y eso los narcisistas lo saben. A este tipo de personas —hombres y mujeres— no solo les cuesta querer, sino que con frecuencia consiguen que sus parejas se sientan tristes y abandonadas.

Testimonios de víctimas de narcisistas describen haberse sentido, durante la relación, utilizadas, explotadas, ignoradas, traicionadas y abandonadas. Y, luego, intensamente odiadas.

Sin embargo, en primera instancia la víctima de un narcisista entra en negación: “Me dijo que me quería, esto no puede estar pasando”. El coach señala: “Por desgracia, sí está pasando. Para mí, ese tipo de maltrato psicológico es peor que la violencia física. Puede marcar a alguien de forma permanente; sobre todo a la gente buena”.

Y es que no es fácil reconocer a primera vista o escucha un narcisista, porque se les da bien conseguir parecer atractivos, tentadores. Su sentido de la manipulación los lleva a ser hábiles oradores.

Señales de advertencia

La primera señal de tener un narcisista en frente es que no para de hablar de sí mismo —pero no es un indicio inequívoco—.

Otra señal de advertencia, acota el experto —frecuente en las relaciones románticas—, “es cuando alguien que te conoce desde hace solo tres semanas te anuncia que eres su alma gemela”. Aunque resulte agradable oírlo, “no es más que una treta que está utilizando para manipularte”.

Una forma de determinar si alguien es narcisista es comparar sus palabras con sus hechos. Y si el prometer cosas que no puede cumplir se convierte en un patrón patológico, puede que haya llegado la hora de buscar nuevas compañías.

“Si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea”, lee esa frase al menos tres veces. Anótala y échale un vistazo cuando tengas un rato libre, dice el autor.

“En materia de relaciones románticas, deberías intentar dejar de lado tus emociones. Sé que parece una contradicción, pero piénsalo: si le dijeras a todo el mundo que por fin has encontrado a tu alma gemela y que os vais a vivir juntos siete días después de conoceros, ¿qué te dirían tus amigos, las personas que más te quieren? Te garantizo que pondrían en duda tu estado mental: “¿Siete días? ¿Estás loco? Una vez se haya librado del narcisista: “Aléjate y no vuelvas nunca. Nunca”, enfatiza Erickson.