Tras 50 años de guerra, las Farc están débiles más no derrotadas
En este lapso pasaron de 20 mil miembros a menos de 7 mil. Perdieron las ciudades, pero no las zonas rurales. Diagnóstico.
En este lapso pasaron de 20 mil miembros a menos de 7 mil. Perdieron las ciudades, pero no las zonas rurales. Diagnóstico.
Mayo 27 de 1964: tras la toma de las Fuerzas Armadas en Marquetalia, corregimiento del Tolima, se originan las Farc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), como una respuesta a esa ofensiva militar. Mayo 27 del 2014: las Farc siguen vigentes y están sentadas en una mesa de negociación con el Gobierno, para poner fin a una guerra que hoy cumple cinco décadas. Tras 50 años de su fundación, ¿cuál es el diagnóstico actual de la guerrilla más antigua del mundo? La Fuerza Pública responde que la guerrilla está a punto de firmar su certificado de defunción militar; mientras que los cabecillas del grupo subversivo insisten en que su capacidad armada sigue viva. En medio de ese rifi-rafe, los análisis realizados por las organizaciones que estudian el conflicto armado coinciden en una tesis: las Farc están débiles, pero no derrotadas. Los golpes que les han propinado las Fuerzas Militares en los últimos años han sido contundentes y esas derrotas se han visto reflejadas en una disminución muy alta de su número de integrantes. Según las cifras de la Fundación Paz y Reconciliación, para el 2002, cuando se rompieron las negociaciones de San Vicente del Caguán, esta guerrilla tenía unos 20 mil hombres en armas -una fuerza igual o superior a la de varios ejércitos de Centroamérica- y hoy sus combatientes se han reducido a la mitad. Y es que, sumado a los resultados de la política de Seguridad Democrática, el actual gobierno ha dado de baja a 53 cabecillas de esta guerrilla, entre ellos su máximo jefe, Alfonso Cano, y otras figuras visibles como el Mono Jojoy, exjefe del Bloque Oriental, y Jerónimo, del Comando Conjunto Central. El comandante de las Fuerzas Militares, general Juan Pablo Rodríguez, también resalta que desde enero del 2012, cuando se implementó el Plan Espada de Honor -que focalizó la ofensiva militar en las 11 regiones más afectadas por el conflicto armado- han sido capturados 3152 miembros de las Farc y otros 2536 se han desmovilizado.Debido a estos resultados, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, se atreve a afirmar que hoy las Farc solo cuentan con unos 6700 combatientes y no más de 8 mil en Redes de Apoyo al Terrorismo (RAT). Sin embargo, estudios de entidades como el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac) y la Fundación Paz y Reconciliación sostienen que el grupo subversivo aún tendría entre diez mil y once mil combatientes y, con las redes de apoyo, alcanzaría los 30 mil integrantes.Aunque para muchos esta cifra sigue siendo muy baja frente a unas Fuerzas Armadas que casi llegan al medio millón de hombres, lo cierto es que el nuevo modelo de guerra de las Farc no requiere tantos combatientes como hace una década. Desde el 2008, cuando Alfonso Cano asumió la jefatura de la guerrilla tras la muerte de Manuel Marulanda, ideó el Plan Renacer, que consistía volver a la guerra de guerrillas, es decir, reemplazar los combates y las tomas a los pueblos por campos minados y atentados con explosivos artesanales; acciones que, aunque generan un daño letal, pueden ser ejecutadas solo por tres o cuatro guerrilleros. El experto en seguridad León Valencia explica que estas tácticas de guerra les han permitido conservar cierta capacidad militar. Sus acciones han dado resultado, han logrado muchas bajas de la Fuerza Pública y por eso siguen concentrados en construir estructuras de milicianos. Y aunque son muchos los integrantes que la guerrilla ha perdido, en los últimos años este grupo ha mantenido sus prácticas de reclutamiento para sopesar esas bajas; al tiempo que ha disminuido las desmovilizaciones -con el Plan Renacer-. Las estadísticas del Ministerio de Defensa muestran una reducción sistemática: en el 2008 hubo 3500 deserciones, en el 2009 bajaron a 2600, en el 2010 se presentaron 2400, el 2011 terminó con 1500 desmovilizados, en el 2012 se registraron 1100 y el año pasado culminó con una cifra similar. Un miembro de inteligencia de las Fuerzas Militares atribuye este fenómeno al proceso de paz, pues varios miembros de la guerrilla que tenían la intención de dejar las armas habrían decidido esperar a los acuerdos que se logren en La Habana. Muchos creen que es mejor quedarse en la selva y luego recibir un beneficio penal, que salir ahora cuando aún nada se ha definido.Una guerrilla rural En estos 50 años, además de la muerte de sus principales líderes, de la captura de sus mandos medios, de la desmovilización de muchas de sus milicias; las Farc tienen en su historial una pérdida irrecuperable: los centros urbanos. A pesar de sus intentos por tomarse las ciudades, en la última década la guerrilla ha tenido que conformarse con desplegar sus hombres en las zonas rurales de los departamentos donde siempre han tenido una fuerte presencia, como Cauca, Nariño, Arauca, Caquetá, Putumayo, el Catatumbo, Vichada, Chocó. Ariel Ávila, investigador del conflicto armado, explica que las Farc sufrieron una derrota estratégica. Perdieron sus posiciones en el centro del país, salieron de los grandes puntos de producción y comercialización; aunque su fortaleza en zonas de periferia aún es importante. Las cifras son una prueba de esa derrota: en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Santander y norte del Tolima, las Farc mantenían 19 estructuras y hoy esa presencia casi que ha desaparecido, según cifras de la Fundación Paz y Reconciliación. En un reciente informe que realizó esta entidad también se evidencia la pérdida de territorio en todo el país. Para el 2002 esta guerrilla operaba en algo más de 330 municipios y 14 regiones, y en la actualidad su presencia se ha reducido a 242 municipios y 11 regiones, lo que corresponde al 20 % del país.De hecho, algunos expertos sostienen que ese porcentaje sería menor. John Marulanda, por ejemplo, afirma que casi todos los miembros de las Farc están arrinconados en la frontera con Venezuela y Ecuador. En el año 1997 los analistas decían que esta guerrilla dominaba el 50 % del territorio nacional, pero hoy podemos hablar solo de un 10 % o hasta 5 %. La ofensiva de las Fuerzas Militares funcionó entonces para liberar a las ciudades del asedio guerrillero, pero la presencia de las Farc en la zona rural sigue representando una amenaza para el país. En estos sitios el grupo subversivo ha potencializado las emboscadas a las patrullas policiales, los hostigamientos y los ataques contra la infraestructura petrolera, minera y energética. (Lea mañana otra entrega sobre la nueva táctica militar de las Farc). Narcotráfico, el salvavidas Hoy, cuando se cumplen cinco décadas de la creación de las Farc, lo que muchos se preguntan es cuál ha sido la estrategia de esta guerrilla para sobrevivir, pese a los duros golpes que ha sufrido durante su larga historia. Además del dominio de los territorios donde se fundó su llamada lucha campesina por la repartición de la tierra, las Farc se han apoyado en una economía ilegal que nada tiene que ver con sus orígenes comunistas, pero que les ha permitido obtener recursos para fortalecer su base armada. Entonces, el narcotráfico aparece como el salvavidas de una guerrilla que lucha por mantenerse vigente.Hoy las Farc tienen una fuerte presencia en las regiones del país con el mayor número de cultivos ilícitos, donde cobran -según las investigaciones- una cuota a los cultivadores y tienen una participación en la producción e incluso en el transporte de la droga. Eso explica porque el pacífico colombiano, por donde sale cerca del 70 % de la cocaína que se produce en Colombia, ha sido la cuna de esta guerrilla. En Tumaco, por ejemplo, que es el municipio del país con más cultivos de coca (5 mil hectáreas), el asedio guerrillero ha sido constante. Según el experto en seguridad John Marulanda, la columna Daniel Aldana, que delinque en esta zona, le entrega cada mes entre $15 mil y $20 mil millones al Estado Mayor de las Farc, producto del narcotráfico.Para lograr semejantes ganancias, la guerrilla también ha dejado a un lado las diferencias y ha pactado alianzas con el ELN y bandas criminales, como los Rastrojos y Urabeños, para sacar provecho de este negocio ilegal. Debido a ese proceso de bacriminización de algunas de sus estructuras, varios sectores del país afirman que hoy las Farc dejaron de ser una guerrilla marxista, para convertirse en un simple cartel del narcotráfico. Sin embargo, algunos expertos rechazan ese argumento y advierten que el grupo subversivo aún conserva su ideología. Según Jorge Restrepo, director del Cerac, una cosa es que se financien de las rentas del narcotráfico, pero otra muy distinta es que hayan abandonado sus bases de guerrilla comunista. Para el experto, en estos 50 años de historia, eso aún no le ha pasado a las Farc.