Charla con un camarada

Soy amigo de Astolfo Romero desde aquellos lejanos días en que ambos aprendimos a juntar letras en la escuela tulueña de Ester Roldán. Luego, ambos cursamos primaria en la anexa al Gimnasio del Pacífico. Yo me fui a Bogotá a seguir el bachillerato en el Gimnasio Moderno, y Astolfo se matriculó en un colegio en Cali. Cuando coincidían las vacaciones, nos sentábamos a conversar en una banca del Parque Boyacá.

Astolfo era el primero de la lista de invitados que mi mamá hacía para las fiestas infantiles por mis cumpleaños o Primera Comunión. Era hijo de Pedro y Carmen, que fabricaban velas de sebo, y con eso criaron siete hijos. Sus padres eran liberales, y seguían las orientaciones de mi papá, Federico Restrepo White, líder del Partido en mi pueblo.

Terminada la secundaria, permanecí en Bogotá estudiando Derecho en el Externado, y mi amigo se recibió de sociólogo en una universidad caleña. Allí se afilió al Partido Comunista Colombiano, cuyo jefe nacional era Gilberto Vieira White, pariente próximo de mi padre.

En uno de estos días viajé a Tuluá y le propuse por celular a Astolfo que nos encontráramos en la misma banca del parque, situada frente al edificio que ahora ocupa el lugar donde existió el Teatro Boyacá, al que él y yo acudíamos todos los domingos.

Así fue que nos reunimos y tuvimos amena charla sobre la actualidad nacional. Trataré de reproducir ese diálogo:

- Ole, Jorge, qué bueno verte.

-Gracias, Astolfo, cuéntame de tu vida.

- Bien de salud. Vivo en una casita del barrio Maracaibo, y disfruto de una pensión que me libra de escaseces.

- Como siempre has pertenecido al Partido Comunista, con todos los riesgos que eso supone, ¿dime qué opinas cuando la oposición califica de comunista al presidente Petro?

- Pues que está meando fuera del tiesto, porque Petro de comunista no tiene un pelo. No califica ni de mamerto.

- Pero todo el tiempo le cargan con ese epíteto.

- Qué comunista va a ser un presidente que no persigue a los líderes de la oposición; que no hay ninguno de ellos en la cárcel por motivos políticos; que a ningún rico le han expropiado bienes; que no ha impuesto censura de prensa; y que no ha violado la Constitución. Si fuera comunista, ya habría montado ‘gulags’ como hizo Stalin en la Unión Soviética para encanar a los que protestaban en la Plaza Roja.

- Entonces, ¿qué es Petro en política?

- Un socialdemócrata, como tú, como Juan Fernando Cristo, como Roy Barreras.

- ¿Y eso de castrochavista?

- Eso es otro cuento chino, inventado por el uribismo que ruega para que Colombia se vuelva como Venezuela, creyendo que con eso gana la presidencia en 2026. Ahí taca burro porque Petro no es ni Castro ni Chávez, y los indicadores económicos muestran una Colombia totalmente diferente a las patrias de los comandantes. Ahora estamos con la misma democracia imperfecta desde que resolvimos convertirnos en república por allá en 1821.

- ¿Pero no sientes que Petro alebresta a la gente y polariza más el país, como ahora con su idea de la consulta popular?

- Lo que va a pasar es que esa consulta no llegará a ningún Pereira, pero le servirá a Petro para impulsar la campaña presidencial de 2026. Tendrá todo este año para convocar al pueblo a las calles y pedirle el voto para su candidato.

- ¿Y estimas que triunfará?

- En Colombia no hay ni izquierda ni derecha, aquí lo que hay es petrismo y antipetrismo, y el presidente tiene el tatuco en la mano, como dicen los que juegan a los dados.