Columnistas
El acoso preocupa
La razón por la cual se hace urgente una actuación al respecto, es que Colombia ocupa el sexto lugar en el mundo con mayor número de casos evidenciados...

Los crecientes y exagerados casos de acoso en los colegios, conocido como bullying, deben encender las alarmas no solo de las autoridades educativas, sino también las de los profesores y padres de familia.
Las cifras de medición nos indican que un 64 % de los estudiantes han sufrido algún tipo de acoso, lo que lleva a generar trastornos en la personalidad, limitaciones para desempeñar su ciclo académico, deserción, aislamiento social, impedimento para completar un ciclo académico y tendencia al suicidio.
A todo esto se agrega el acoso que se ejerce a través de las redes sociales; allí es posible establecer que siete de cada diez niños han sido víctimas de acoso, en donde con mucha facilidad se convierte a cualquier individuo en objetivo de agravios que afectan gravemente su imagen, al existir en las diferentes redes sociales la posibilidad de llegar a grandes círculos públicos, que observan la manera como se coloca en blanco de señalamientos a un individuo, ocasionando de inmediato una afectación sicológica que lleva a la víctima a experimentar enormes perturbaciones en su personalidad.
Las amenazas suelen ser verbales o físicas y tienden a establecer una superioridad entre el agresor y el agredido, para buscar sometimiento o para causar daño.
El problema ha crecido tanto y reviste tantas preocupaciones, que ha sido posible detectar que el 86 % de las personas que han sido objeto de acoso, han llegado a pensar en el suicidio.
Las acciones que se deben diseñar para atacar este flagelo, tienen que implementarse con suma urgencia, en donde sea posible establecer mecanismos para que los afectados puedan expresar la situación de que son víctimas, y en donde exista un personal especializado no solo para brindar un acompañamiento, sino para aplicar los mecanismos que sean del caso para reducir la acción de los agresores, y para generar hechos ejemplarizantes que motiven a la comunidad para no incurrir en esas torcidas y nefastas conductas.
La razón por la cual se hace urgente una actuación al respecto, es que Colombia ocupa el sexto lugar en el mundo con mayor número de casos evidenciados, lo que quiere decir que no ha sido posible abordar el problema con propiedad y se está dejando a las víctimas solas en este terrible problema, con las consecuencias personales y sociales que tiene.
Lo que podemos deducir, es que hay que actuar con profesionalismo, audacia y determinación, por el gravísimo impacto de ese flagelo en la sociedad, que se encuentra impotente frente a sus alcances, comprometiendo la estabilidad de las familias, la integridad de las personas, y el futuro de los niños y jóvenes.
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