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Gastar para el bienestar

Gobernar es sinónimo de gastarse (invertir) los recursos para que estos generen un movimiento importante de la economía...

1 de febrero de 2025 Por: Silvio López
Silvio López
Silvio López | Foto: El País

He contado con el privilegio de trabajar tanto en el sector público como en el privado, en una vida laboral que ya cuenta muy cerca de los cuarenta años. Si bien de estos solo estuve cuatro en el gobierno, bien me pude dar cuenta de sus grandes diferencias, y de que conceptos como eficiencia, productividad, retorno sobre la inversión y otros tantos, toman un cariz diferente en lo público, difíciles de comprender y bastante más de explicar.

Una de las grandes diferencias entre el ‘gerente’ público y el privado radica en que a este último le corresponde invertir grandes esfuerzos en la consecución de los recursos que se va a gastar; en otras palabras, en el sector privado debes vender tus servicios y/o productos y con el dinero que de allí se deriva incurres en unos gastos que garantizan la operación de la empresa de tal forma que el ciclo ventas, gastos, utilidades hagan sostenible la gestión.

Otro cantar es el que tenemos en lo público, en donde los recursos están ‘dados’ y la gestión del ‘gerente público’ consiste en ejecutarlos, o para ponerlo en términos más populares, gastárselos en proyectos de inversión que cambien la vida de los ciudadanos (nada de nóminas y gastos de empleados los cuales asume la alcaldía directamente) y es ese, pues el indicador más importante del cual se deriva la calificación del que, en el argot público, se denomina como ‘el ordenador del gasto’.

Es tan importante este indicador que las contralorías departamentales y municipales exigen un mínimo de ejecución, sopena de abrir investigaciones a quienes estén por debajo del límite fijado.

Gobernar es sinónimo de gastarse (invertir) los recursos para que estos generen un movimiento importante de la economía, y para que a través de los proyectos que permiten la inversión se cumpla con el objetivo que se pretenda, según la secretaría, dependencia u organismo. Solo de esta manera se transforma la vida de los ciudadanos.

Lamentablemente, este no ha sido el caso en lo que corresponde a la ejecución de la Secretaría del Deporte en el año 2024, la cual ha llegado a un exiguo 60 % lo que a todas luces representa un bajón histórico, pues sin excepción las últimas tres o cuatro gestiones de los gobiernos anteriores han superado el 88% promedio de ejecución por cuatrienio.

Son los niños sin monitores, los viejos sin actividad física, aquellos con discapacidad sin el escenario deportivo y los deportistas en general quienes en últimas sufren por la ineficiencia en la ejecución del millonario recurso que el alcalde Alejandro Eder le garantizó a una dependencia en la que puedo dar fe ha querido acertar, pues conoce de su importancia.

Enhorabuena por el señor alcalde, quien leal a sus gobernados da un giro necesario a la gestión en dicha dependencia a la que llega un hombre como Alexánder Camacho, quien entiende perfectamente bien el valor del ciudadano, sus necesidades y apremios.

Bienvenido Alexánder, la mejor de las suertes y mi invitación para que toda tu sensibilidad ciudadana la traigas al deporte tan necesitado de ella.

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