Gestores de Paz
Esta movida del gobierno es incoherente y tramposa.
En pocos temas tenemos hoy en día consensos grandes en este país. Menos aún en temas espinosos que nos parten en mitades casi iguales. Por eso me produce algo de alivio saber que casi el 70% de los colombianos nos oponemos a la excarcelación de la Primera Línea.
Produce alivio no porque quiera que esos pelados se pudran en la cárcel, porque me oponga a que la gente proteste, porque sea indiferente al descontento social que ciertamente existe. Produce alivio porque cerrar filas alrededor de una Justicia imparcial, sin leguleyadas y que aplique a todos por igual es una necesidad imperiosa para acabar con las expresiones eternas y recicladas de criminalidad. La violencia en Colombia no se va a acabar hasta que haya una Justicia seria y diligente que represente una posibilidad real de castigo y reparación frente a la comisión de crímenes. En absolutamente todos los casos.
En este en particular, la Primera Línea cometió delitos por los que hoy sus integrantes son procesados. Punto. No los están “persiguiendo” por salir a protestar. Están pagando por delitos tan graves como tortura y terrorismo. Muchos pueden creer que primero deberían pagar los corruptos, que más deberían pagar los policías que se excedieron, que a los ricos no les pasa nada. El hecho es que pueden creer lo que sea, y bien puede ser cierto, pero nada de eso exime la responsabilidad en simultáneo del otro bando. Ese es precisamente el punto. Debería ser de lógica y debería sobrar la ilustración. Pero acá muchos acá le lavan la cara sin tapujos a criminales de su bando. Aunque no es solo la izquierda, a eso mismo juega el presidente y su combo. Una vergüenza.
Esta movida del gobierno es incoherente y tramposa. No puede mantener su discurso de jóvenes indignados inocentes al tiempo que les aplica una figura exclusivamente hecha para negociaciones con grupos ilegales. La ley de Paz Total abre la puerta para miembros de la sociedad civil, sí, pero que participan en nombre de un grupo armado y cuentan con su consentimiento expreso.
¿A qué organización representarán? ¿Seguirá reconocerlos como un grupo que puede negociar con el Estado? ¿O más bien el gobierno está reconociendo que estos “pelados” si tienen vínculos con grupos ya existentes y ahora saldrán a apoyarlos en sus respectivas negociaciones?
Yo me inclino a pensar en el último escenario, aunque nunca será explícito. Los contactos de emisarios de Petro en cárceles y zonas rojas deben haber dejado una que otra razón para liberar algunos miembros de grupos que quieren sumarse a la Paz Total pero que terminaron enredados en el Paro. El gobierno, en muestra de buena fe, procederá con una figura que amplió para que la gestoría de paz sea precisamente en los procesos de sus combos. Para disimularlo, ahora también los jóvenes que se beneficiarán de programas de empleo serán gestores de paz. Dos jugadas tramposas para los incautos.