Polvo de estrellas

Eso somos, eso dice la Biblia y eso dicen los científicos: “polvo eres y en polvo te convertirás”. Somos parte de un vasto universo compuesto por billones de estrellas y planetas de diferentes minerales, que al final todo se vuelve polvo. Somos pasajeros y en constante transformación, ya que hoy somos humanos, mañana gusanos y tierra que después puede convertirse en árboles, animales u otro humano, y transformándonos permanentemente.

Entonces de qué nos las ‘picamos’ si todos somos hechos de lo mismo, polvo de estrellas. No importa nuestro color, nuestra fe, o nuestra posición económica o política.

No importa la cantidad de plata que hayamos acumulado, es inevitable volver a la tierra, por lo menos en este campo físico, lo otro es un gran misterio que no ha sido revelado, si hay vida después de entregar nuestro cuerpo de regreso al polvo, hasta ahora son muchas las religiones y las diferentes tendencias espirituales que dan variadas explicaciones de lo que sucede. Reencarnaciones, vida eterna del alma en el cielo, volver a la matriz de un gran cuerpo energético, la resurrección de nuevo en la tierra, pero todo seguirá siendo un gran misterio, y todas esas creencias son respetables, igual que las diferentes maneras de manifestar nuestra fe también.

Allí es donde fallamos permanentemente, en la falta de tolerancia y respeto por las diferencias. Creemos que la nuestra es la única verdad, y por falta de eso hasta nos matamos en absurdas guerras políticas y religiosas.

Hay una famosa foto tomada por un telescopio lejos que muestra ese pequeñísimo punto en el firmamento que es la Tierra, planeta que lleva millones de años de existencia y millones de seres vivientes que hemos vivido en ese pequeño punto de polvo.

Realizar eso nos hace más humildes que también es de las virtudes, junto con la compasión, más importantes para una existencia en paz y armonía entre nosotros, los que en una fracción de tiempo ahora estamos pisando este bello planeta, una ‘motita’ de polvo en el vasto universo.

Realmente lo único que queda son las buenas acciones que hayamos hecho en el servicio que tengamos a favor de otros y de nosotros mismos.

Por eso es bueno de vez en cuando mirar hacia arriba al cielo y ver una noche estrellada donde podemos evidenciar la cantidad de otras galaxias y la millonada de otras estrellas y planetas, y darnos cuenta de que realmente somos solo polvo de estrellas y parte de un todo que es infinito y de un gran misterio, de una fuerza creadora que algunos llamamos Dios, o el gran Espíritu, o la gran divinidad. Somos seres espirituales viviendo una experiencia física, aceptemos, asumamos, actuemos y agradezcamos.