A acompañar las elecciones

¿El chavismo reconocería una derrota electoral? A quince días de que se celebren las elecciones presidenciales que Nicolás Maduro se vio obligado a convocar, esa es la pregunta que ronda tanto al interior de Venezuela, como entre la comunidad internacional, que ha seguido atenta la manera cómo el régimen chavista ha intentado cerrarle a su oposición la posibilidad de acceder al poder.

Basta recordar que una vez María Corina Machado ganó de manera abrumadora las elecciones primarias en las que los partidos contrarios al Gobierno escogieron su candidato a la Presidencia, el aparato judicial de Venezuela, al servicio del oficialismo, buscó la manera de inhabilitarla políticamente, sin importar los llamados hechos desde el exterior para que se le brindaran garantías a todos participantes en la contienda electoral fijada para el próximo domingo 28 de julio.

Sin embargo, como se sabe, la oposición no dio su brazo a torcer y finalmente logró, gracias a la presión ejercida especialmente por el Gobierno de los Estados Unidos, que se permitiera la inscripción de la candidatura del exembajador Edmundo González Urrutia, quien cuenta con todo el apoyo de la líder del movimiento Vente Venezuela.

De hecho, basta ver las imágenes que los medios de comunicación del vecino país publican sobre la campaña, así como sus redes sociales, para darse cuenta de que Machado no ha desistido de su propósito de derrotar en las urnas al actual Mandatario, quien llegó al poder en el 2013 y ahora espera asegurarse la permanencia en él hasta el 2031.

Es importante que todos los sectores de la oposición venezolana se sumen a esa cruzada que busca devolverle a los habitantes del vecino país la libertad y la dignidad que el chavismo les arrebató hace ya más de dos décadas, así como su calidad de vida.

No basta con que la líder opositora inhabilitada recorra todo el territorio nacional, arriesgando incluso su vida, Se necesita que otros sectores políticos, pero también sociales, se dediquen a hacer pedagogía a fin de que la ciudadanía se anime a acudir a las urnas de manera masiva e independiente, sintiéndose protagonistas de la democracia de su país y de la definición de su futuro como sociedad.

Es claro que, a pocos días de los comicios, esos esfuerzos internos deben ser apoyados de manera más enfática por la comunidad internacional, y un primer objetivo debe ser ejercer una mayor presión para que el gobierno de Maduro acepte el arribo de misiones de observación electorales serias e imparciales, que garanticen el respeto y la legalidad de los resultados, sin importar quién obtenga el mayor respaldo en las urnas.

Y precisamente, para que se acepte el resultado de la votación, es crucial también el papel que desempeñen Colombia y los demás países del continente, porque tarde o temprano la violación de los principios democráticos termina por afectar a toda la región, de lo cual la obligada atención a la diáspora de venezolanos que han tenido que dejar su nación en toda la región es solo un ejemplo.