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Editorial

Gobierno resquebrajado

El resquebrajamiento interno del gobierno Petro poco bien le hace a Colombia.

9 de febrero de 2025 Por: Editorial
   En el caótico consejo de ministros de esta semana se constató una grave falta de metodología para hacerles seguimiento a las promesas del Gobierno.
La transparencia en el ejercicio de lo público no se da con la transmisión abierta de un consejo ministerial. | Foto: Presidencia de la República

El consejo de ministros transmitido en vivo esta semana dejó preocupaciones e interrogantes sobre la solidez y coherencia del gobierno de Gustavo Petro. La ruptura interna quedó en evidencia, tanto como la ineficacia de la Nación para cumplir con las políticas públicas que demandan las necesidades de los colombianos. El nombramiento de Armando Benedetti como jefe del gabinete es apenas la punta de ese iceberg que hoy flota a la deriva.

Lo que pretendió ser, según lo ha dicho el propio Presidente de la República, una reunión del más alto nivel de cara a los ciudadanos, en la que se discutirían de manera franca asuntos como la gestión de los ministerios y entidades estatales del orden nacional, así como los decretos expedidos a la luz de la conmoción interior declarada por la crisis humanitaria y de orden público en Catatumbo, salió mal por donde quiera que se le mire.

Los regaños del Mandatario a sus ministros tanto como los discursos etéreos y extensos a los que ya tiene acostumbrados a los colombianos, se diluyeron frente a los reclamos de sus más cercanos colaboradores por los recientes nombramientos de Laura Sarabia como canciller y de Benedetti como jefe de gabinete. Ni siquiera en el círculo más íntimo de la Casa de Nariño se entiende cómo una persona sin experiencia en la diplomacia internacional y otra inmersa en toda suerte de escándalos y procesos judiciales, ocupan hoy dos de los cargos de mayor relevancia para el país.

Si algo dejan en claro los cuestionamientos de la vicepresidenta Francia Márquez, de la ministra Susana Muhamad, del hoy renunciado director del Dapre Jorge Rojas o de quienes han sido fieles escuderos de Petro como Gustavo Bolívar y Alexander López, es que no hay tal unidad en el gobierno progresista. Además, ya no hay duda que el Presidente defenderá, incluso a costa de su popularidad y, aún peor, de la estabilidad del país, a sus dos colaboradores más cuestionados. Él sabrá la razón.

El resquebrajamiento interno del gobierno Petro poco bien le hace a Colombia. Como no se lo hace que las que deberían ser unas reuniones confidenciales, en las cuales se toman decisiones trascendentes para el presente y el porvenir de la Nación, queden expuestas al ojo público. Entre escándalos por corrupción, arremetidas de los grupos armados ilegales, una salud en crisis y las finanzas estatales al borde del abismo, la atención debería estar puesta en las soluciones y en mejorar los índices de gestión de las diferentes dependencias del Gobierno central.

La transparencia en el ejercicio de lo público no se da con la transmisión abierta de un consejo ministerial. Son las acciones, incluida la de nombrar en los cargos de mayor rango a funcionarios idóneos e impolutos, las que demuestran la eficiencia gubernamental. Al presidente Gustavo Petro le quedan 18 meses en el poder, y en sus propias cuentas, el tiempo se agota para cumplir lo que les prometió a los colombianos que depositaron en él la confianza de dirigir el rumbo de la Patria. No lo logrará con un gabinete fraccionado, cuestionado e inoperante.

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