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Llegaron los huracanes

Es el riesgo que aparece cada año en esta época debido a unos eventos que hacen parte de la naturaleza de un planeta que está en permanente cambio.

9 de julio de 2021 Por: Editorial .

Elsa, el primer huracán en formarse en el Atlántico, es la confirmación de lo que se espera de una nueva temporada de ciclones tropicales que ha llegado más temprano y puede tener un mayor impacto. El continente debe estar preparado, incluido Colombia que ya vivió los embates de esos fenómenos naturales que cobran fuerza año tras año.

Si en sus primeros días, cuando pasó de tormenta tropical a huracán de mínima categoría, no ocasionó estragos, ha llamado la atención la larga trayectoria recorrida por Elsa así como los cambios constantes de su potencia. Degradado en el Golfo de México, entró de nuevo a tierra en la Florida, ocasionó la muerte de una persona, se fortaleció, ayer amenazaba al estado de Massachusetts y se alistaba para entrar a costas canadienses.

La actualización realizada por la Universidad Estatal de Colorado aumentó a 20 las predicciones de tormentas tropicales en este 2021, a 9 la del número de huracanes y a 4 los que pueden alcanzar la máxima calificación en la escala de Richter. Como sucedió el año anterior y consecuencia del calentamiento de las aguas en el Caribe, existe la posibilidad de que alguno se desplace más hacia el sur afectando a Centroamérica y también a Colombia que va recuperándose muy lentamente de los estragos que ocasionó Iota en San Andrés y Providencia.

Es el riesgo que aparece cada año en esta época debido a unos eventos que hacen parte de la naturaleza de un planeta que está en permanente cambio. Si a esa realidad se suman las consecuencias de las intervenciones humanas que se traducen en mayor contaminación, daño a los recursos naturales y un calentamiento global que empeora con el tiempo, hay razón para estar preocupados y para tomar las medidas que ayuden a atenuar los efectos.

Iota, el huracán que azotó a Providencia, Santa Catalina y San Andrés, es el ejemplo de lo que puede suceder: una tormenta tropical que se fortaleció de un día para otro, cambió su rumbo, entró al Caribe colombiano y arrasó con lo que encontró a su paso. Esa es la realidad ahora y la cuestión es si hay conciencia de lo que puede suceder y cómo responder con la rapidez y eficacia que demanda un desastre como el acontecido.

Ocho meses después del paso devastador de Iota, la realidad es que el programa de recuperación de las islas no avanza a la velocidad que se prometió. Hay que preguntarle al Gobierno Nacional qué ha pasado con San Andrés y Providencia, por qué la reconstrucción de la infraestructura ha sido lenta y no se cumple con los tiempos de entrega.
Si, como lo anuncian los meteorólogos, llegan más y más potentes huracanes este año, el Archipiélago y también la Costa Caribe colombiana estarán en un riesgo muy alto de repetir la tragedia.

A eso está enfrentado el continente americano, por el lado del océano Atlántico y también por el del Pacífico, durante la temporada de huracanes. Ni las tormentas tropicales ni los ciclones dejarán de formarse, por ello no se puede perder tiempo a la hora de reconstruir y se debe estar preparado cada vez con más anticipación para que, ojalá, los desastres que dejan a su paso sean los menos posibles.

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