Cinco alimentos que la ciencia recomienda no consumir si busca bajar de peso

Ya sea por aspectos físicos, bienestar mental o salud del organismo, cada vez son más las personas interesadas en reducir su peso y mantenerlo en niveles óptimos para el desarrollo de sus actividades cotidianas.

En busca de este objetivo, además del ejercicio físico frecuente y las visitas periódicas a expertos de la salud para evaluar el estado del organismo, la alimentación saludable y balanceada juega un papel crucial.

La comida puede aumentar el peso porque proporciona energía en forma de calorías, y si se consumen más de las que el organismo necesita para sus funciones diarias y actividades físicas, el exceso de calorías se almacenará en forma de grasa en el cuerpo, lo que conduce al aumento de peso.

El fenómeno se presenta entonces cuando hay un desequilibrio entre las calorías que se consumen a través de los alimentos y las calorías que se gastan a través del metabolismo basal (energía necesaria para mantener funciones vitales en reposo) y la actividad física. Si se consumen más calorías de las que se gastan, el cuerpo acumulará el exceso de energía en forma de grasa y, con el tiempo, esto se traducirá en un aumento de peso.

Pero más allá de tener claro qué incluir en lo que se considera una dieta sana, también resulta importante señalar aquellos no son recomendables dentro de la tarea de bajar de peso. Los especialistas recomiendan evitar en las comidas este tipo de productos:

1. Alimentos procesados y ultraprocesados: estos suelen ser altos en calorías, grasas saturadas, azúcares añadidos y sodio. Ejemplos incluyen papas fritas, galletas, productos de repostería industriales, alimentos congelados precocidos y comidas rápidas.

2. Bebidas azucaradas: refrescos, jugos de frutas comerciales y bebidas energéticas suelen contener grandes cantidades de azúcares añadidos, lo que puede contribuir al aumento de peso. Es preferible optar por agua, infusiones sin azúcar o bebidas naturales sin azúcar agregada.

3. Carnes grasas y embutidos: estos productos suelen tener un alto contenido de grasas saturadas, que están relacionadas con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Es preferible elegir opciones magras de proteínas como pollo, pavo, pescado o legumbres.

4. Comida rápida y frituras: estos alimentos son ricos en calorías, grasas trans y grasas saturadas poco saludables. Es importante procurar limitar el consumo durante las comidas habituales de hamburguesas, papas fritas y otros alimentos de este tipo. En su lugar se recomiendan los sandwiches con productos frescos, así como las ensaladas, wraps o burritos naturales.

5. Bollería y pan blanco: pasteles, galletas, pan blanco y otros productos elaborados con harinas refinadas son ricos en carbohidratos refinados y azúcares, lo que puede contribuir al aumento de peso. Es preferible optar, sobre todo en comidas como el desayuno, por pan integral o de grano entero y limitar el consumo de productos de repostería.

¿Cómo identificar que el cuerpo está subiendo de peso?

El aumento de peso puede ocurrir de manera gradual y, a veces, puede pasar desapercibido hasta que se vuelve evidente en el espejo o en la ropa que ya no queda bien. Sin embargo, es esencial prestar atención a las señales que indican un cambio en el peso corporal.

Más allá de prácticas obvias como pesarse en una báscula, medirse la cintura o la ropa, y verse al espejo, un aumento de peso significativo puede manifestarse en síntomas físicos como falta de energía, dificultad para respirar, dolor en las articulaciones y fatiga excesiva.

Estos signos no solo pueden responder a la alimentación, sino a diversos factores como falta de actividad física, cambios hormonales, medicamentos o la presencia de estrés.

Es importante que tan pronto se note un aumento significativo en el peso, se consulte a un profesional de la salud o un nutricionista para primero comprender sus causas y posteriormente establecer un tratamiento o solución a seguir de acuerdo al diagnóstico.