Salud
¿Cómo conservar un aguacate abierto para que no se oxide?
Algunas estrategias pueden impedir la acción de una enzima que genera este proceso.
Con su textura cremosa y su sabor único, el aguacate ha conquistado los paladares de personas de todo el mundo. Su popularidad no solo se debe solo a su delicioso perfil de sabor, sino también a sus beneficios nutricionales.
La textura rica y cremosa del aguacate es única en las frutas. Su consistencia suave y mantecosa se desliza en el paladar, y tiene características que le permiten combinar tanto con sabores dulces como salados, convirtiéndolo en un ingrediente versátil en la cocina.
En términos nutricionales el aguacate contiene grasas monoinsaturadas como el ácido oleico, que son beneficiosas para el corazón y pueden ayudar a reducir el colesterol LDL o ‘colesterol malo’. Además, es una excelente fuente de fibra, que es esencial para la salud digestiva, la saciedad y la regulación del azúcar en la sangre.
Sus propiedades lo hacen tanto un alimento rico como necesario para la salud, pero a menudo se encuentra con una dificultad, sobre todo para aquellas personas que no lo consumen completamente: su tendencia a oxidarse después de ser abierto.
La oxidación, que se manifiesta como un oscurecimiento de la pulpa expuesta al aire, es una respuesta química natural que involucra enzimas y oxígeno. Esto puede hacer que el aguacate parezca menos apetitoso, aunque sigue siendo seguro para comer.
La principal razón detrás de la oxidación del aguacate está relacionada con la enzima polifenol oxidasa y la reacción química que provoca. Esta enzima es responsable de catalizar una serie de reacciones químicas, que involucran compuestos fenólicos presentes en el aguacate.
Cuando un aguacate se corta o se pela, los tejidos internos entran en contacto con el oxígeno del aire y aquí es cuando comienza la reacción de oxidación. La enzima cataliza la conversión de sustancias fenólicas en quinonas, compuestos altamente reactivos y pigmentos oscuros responsables del cambio de color en la fruta.
Las quinonas pueden polimerizarse, lo que significa que se unen para formar moléculas más grandes y la velocidad de este proceso puede verse más o menos acelerado de acuerdo a factores como la temperatura ambiente.
La oxidación en el aguacate es un proceso que se puede ralentizar siguiendo algunas técnicas que buscan impedir esencialmente la entrada en actividad de la enzima polifenol oxidasa por medio de la circulación directa de aire.
Por ejemplo, una de las prácticas más utilizada es la que involucra el jugo de limón. Este jugo contiene ácido cítrico, el cual precisamente ayuda a inhibir la acción de dicha enzima. Para esto se debe rociar unas gotas de jugo sobre la pulpa expuesta del aguacate después de cortarlo.
Otra de las estrategias útiles para evitar la oxidación es envolver el aguacate en plástico transparente, asegurándose que la cobertura esté en contacto directo con la superficie de la fruta. Esto reducirá la exposición al aire y retardará el proceso de oxidación.
Algunas personas a menudo también utilizan productos específicos para alimentos que ayudan a formar una barrera protectora en la superficie del aguacate, retardando la oxidación. Estos productos suelen ser ceras comestibles y conservadores naturales. Por otra parte, mantener el hueso (la semilla grande) en la zona del aguacate que se quiere conservar también puede ayudar a reducir la cantidad de superficie expuesta al aire y disminuir así la posibilidad de que oxide.
Otras estrategias que también han resultado ser exitosas consisten en sumergir el aguacate en agua fría antes de refrigerarlo y guardarlo lejos de otras frutas y verduras que emiten etileno, un gas que puede acelerar la maduración y oxidación del aguacate. En este grupo se encuentran manzanas, bananos, peras, melones, mangos, tomates o sandías.
Aunque estas estrategias pueden retrasar la oxidación, es probable que con el tiempo el aguacate aún experimente algún grado de oscurecimiento. Si bien esto puede afectar su aspecto visual, generalmente no compromete su sabor ni su calidad nutricional. La fruta es rica en vitaminas K, E, C, B6, A y D.
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