¿Cuál es la hierba que previene el Alzheimer?

El Alzheimer es un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de pensar y, con el tiempo, la habilidad de llevar a cabo las tareas más sencillas.

De hecho, la causa más común de esta enfermedad es la demencia, un deterioro gradual en la memoria, el pensamiento, el comportamiento y las habilidades sociales, indica el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de Estados Unidos.

De este modo, esta enfermedad tiene varias etapas que se dividen en tres fases, leve, moderada y grave. Por una parte, las personas que padecen Alzheimer leve tienen una mayor pérdida de memoria y otras dificultades cognitivas. Entre los problemas que se pueden presentar están deambular y perderse, tener dificultades para manejar el dinero y pagar facturas, repetir preguntas, demorar más tiempo para completar las tareas diarias normales y sufrir cambios en la personalidad y el comportamiento.

En la etapa moderada, se da un daño que ocurre en las áreas del cerebro que controlan el lenguaje, el razonamiento, el pensamiento consciente y el procesamiento sensorial, como la capacidad de detectar correctamente sonidos y olores.

En la última fase, las placas y los ovillos se extienden por todo el cerebro, y el tejido cerebral se reduce considerablemente, por lo que las personas no pueden comunicarse y dependen por completo de otros para su cuidado.

Con respecto al tratamiento de este trastorno, los expertos en salud detallan que, principalmente, depende de la fase en la que se encuentre el paciente, pero para no llegar a desarrollarla es esencial tener buenos hábitos de vida como una alimentación saludable, practicar ejercicio de forma regular, mantener activo el cerebro, entro otros.

Asimismo, la medicina tradicional ofrece múltiples remedios caseros a base de hierbas medicinales que contienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que mejoran la función cerebral y previenen enfermedades como el Alzheimer.

Por lo anterior, el portal web El Confidencial recomienda el consumo del Ginkgo, una planta originaria de extremo Oriente que contiene diversos compuestos. Según le explicó la profesora de la Facultad de Biológicas de la Universidad de León Carmen Pérez Morales al portal:

“El Ginkgo no solo es un fitofármaco sobre el que se ha demostrado su eficacia, sino que existen otros como las “isoflavonas”, sobre las que se ha probado que ayudan a compensar los niveles de estrógenos que descienden durante la menopausia, reduciendo así los síntomas propios de esta etapa”.

Asimismo, varios estudios han exaltado los beneficios del ginkgo biloba, especialmente beneficioso para los pacientes que se encuentran en las primeras etapas del alzhéimer. Como tal, este extracto vegetal puede tener resultados tan positivos como las drogas inhibidoras de la acetilcolinesterasa.

Otro uso tradicional del ginkgo biloba es que, gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, ayuda a aliviar la depresión causada por la fibromialgia, un trastorno crónico que causa dolor y sensibilidad en todo el cuerpo.

Así se puede consumir el Ginkgo biloba

Ingredientes:

• 5 hojas secas o una cucharada de pulpo seco de ginkgo biloba.
• 1 taza de agua hirviendo.

Preparación: se debe mezclar todos los ingredientes y dejar reposar durante 10 minutos. Luego, colar y tomar cuatro veces al día.

Otra opción es ingerir el ginkgo en forma de suplemento y la dosis recomendada son dos cápsulas por día o lo indicado por el especialista en salud. Además, es importante regular su consumir, ya que Mayo Clinic explica que en exceso también puede acarrear efectos secundarios como molestias gastrointestinales, dolor de cabeza y mareos, estreñimiento, palpitaciones cardíacas y reacciones alérgicas en la piel.

Frente a sus contraindicaciones, CuídatePlus advierte que esta planta medicinal no se recomienda a mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, niños menores de cinco años y aquellas personas con hemorragias frecuentes o que toman medicamentos que fluidifican la sangre (anticoagulantes). Tampoco para aquellos que hayan sufrido crisis epilépticas o convulsiones.