Salud
¿Cuáles son los peligros de no lavar la lechuga correctamente para el organismo?
De su buen lavado depende la prevención de diversas enfermedades.
Una dieta balanceada es de vital importancia para que las personas puedan tener buena salud y la suficiente energía para enfrentar los retos del día a día.
Es importante consumir a diario proteínas, carbohidratos, frutas y vegetales, ya que cada grupo de alimentos cuenta con diferentes vitaminas que hacen más fuerte el organismo y previenen enfermedades.
Muchas son las personas que no son amantes de los vegetales, pero han encontrado en la lechuga un alimento que les da los nutrientes necesarios, y que de paso, les ha permitido enamorarse de las verduras.
La lechuga es una rica en vitamina K, vitamina A, folato y hierro, por eso, es bueno consumirla varias veces a la semana. La puede comer en ensaladas, tacos saludables y más.
Sin embargo, hay que tener un cuidado especial a la hora de lavarla, ya que, de no hacerlo, podría ser generadora de varios problemas de salud.
¿Qué pasa cuando se come la lechuga sin lavar correctamente?
- La lechuga cruda es un alimento propenso a la contaminación por bacterias como la E. coli, Salmonella y Listeria. Así que, cuando no se lava adecuadamente, estas y otra clase de gérmenes pueden permanecer y transmitirse a la hora de consumirse.
- Aunque no se noten a simple vista, la lechuga puede contener tierra, pesticidas, herbicidas y toda clase de productos químicos. Así que si usted no la lava con cuidado, es probable que los ingiera, afectando seriamente su salud.
- Las personas con alergias alimentarias deben tener cuidado al consumir lechuga sin lavar, ya que puede haber trazas de alérgenos de otros alimentos en la superficie de este alimento.
- Comer lechuga sin lavar puede resultar en un sabor y textura desagradables debido a la presencia de tierra o suciedad.
¿Cómo se debe lavar la lechuga correctamente?
Lavar la lechuga correctamente es importante para eliminar la suciedad, los residuos químicos y las bacterias que puedan estar en su superficie. A continuación, le enseñamos cómo debe hacerlo:
- Lave sus manos con agua tibia y jabón antes de manipular la lechuga.
- Si tiene una cabeza de lechuga, separe las hojas una a una. Si tiene lechuga en bolsa o envasada, ábrala con cuidado.
- Inspeccione visualmente las hojas para detectar cualquier daño u hojas marchitas. Retire aquellas que estén en mal estado.
- Coloque las hojas en un colador o escurridor y enjuáguelas con agua fría. Sacúdalas suavemente mientras las enjuaga para eliminar la suciedad superficial.
- Llene un recipiente grande con agua fría. Sumerja las hojas en el agua y muévalas con las manos durante unos segundos. Esto ayudará a aflojar la suciedad y los contaminantes.
- Coloque las hojas nuevamente en el colador o escurridor y enjuáguelas bajo agua fría durante unos segundos para eliminar cualquier suciedad o residuo restante.
- Use un centrifugador de ensaladas o sacuda las hojas suavemente para eliminar el exceso de agua. También puede usar toallas de papel o un paño limpio para secar las hojas con cuidado.
- Una vez que la lechuga esté limpia y seca, puede almacenarla en una bolsa de plástico o recipiente hermético con una toalla de papel para absorber la humedad. Guárdela en el refrigerador y solamente sáquela al momento de usarla. De esta manera podrá consumirla lo más fresca posible.
Recuerde que comer saludablemente no solamente tiene que ver con consumir alimentos ricos en nutrientes, sino también, en lavarlos correctamente para evitar enfermedades.
Regístrate gratis a nuestro boletín de noticias
Recibe todos los días en tu correo electrónico contenido relevante para iniciar la jornada. ¡Hazlo ahora y mantente al día con la mejor información digital!