Salud
¿Cuándo se recomienda consumir el rábano?
Esta hortaliza es rica en antioxidantes y vitamina C.
El rábano pertenece a la familia de las Crucíferas y su importancia reside en que contiene unos compuestos de azufre, considerados como potentes antioxidantes que ayudan a prevenir enfermedades. Se conoce la existencia de seis especies de rábano, pero tan sólo es conocido con el nombre científico de Raphanus sativus.
Generalmente, el rábano se consume crudo, solo o en ensaladas, y otras preparaciones, puede hervirse para suavizar su sabor. Las hojas del rábano se consumen cocinadas de forma similar a las de espinaca, y también en infusiones y guisos.
En cuanto a usos medicinales, el consumo de rábano crudo se emplea para tratar deficiencias de vitamina C, urticarias y artritis; el caldo de su cocimiento es un excelente auxiliar en enfermedades respiratorias y desórdenes gástricos.
Al ser ricos en vitamina C y compuestos de azufre, los rábanos son considerados como potentes antioxidantes de efectos beneficiosos para la salud, pues los antioxidantes bloquean el efecto dañino de los radicales libres.
Sus propiedades colagogas y coleréticas lo hacen un alimento adecuado para la salud del hígado, así como en aquellos casos de insuficiencia hepática e ictericia.
Esta hortaliza resulta un alimento muy digerible, sin embargo, se recomienda masticarlo muy bien, pues su sabor picante puede llegar a causar algún malestar. De hecho, algunas amas de casa lo guardan en el congelador para suavizar su sabor.
De otro lado, por su alto contenido de agua y de potasio, poseen una acción diurética que favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo. Son beneficiosos en caso de hipertensión, hiperuricemia y gota, cálculos renales, retención de líquidos y oliguria. Con el aumento de la producción de orina se eliminan, además de líquidos, sustancias de desecho disueltas en ella como ácido úrico, urea, etc.
La mayoría de las propiedades del rábano se le atribuyen a la presencia de compuestos que tienen la propiedad de estimular las glándulas digestivas, a la vez que provocan un aumento del apetito. Los médicos recomiendan su consumo cuando se presentan diferentes patologías biliares y hepáticas gracias a la presencia de intibina e inulina (hidrato de carbono complejo formado con unidades de fructosa que favorece la digestión).
La intibina es una sustancia amarga con efecto colagogo, es decir, que favorece el vaciamiento de la vesícula biliar y estimula el funcionamiento del hígado, con lo que favorece la digestión de las grasas.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que los rábanos presentan en su composición compuestos de azufre que producen flatulencias y dificultan la digestión. Por lo tanto, es aconsejable que las personas que presenten trastornos digestivos de este tipo moderen su consumo.