Estos son los síntomas que se sienten días antes de sufrir de un infarto

Teniendo en cuenta que el corazón humano es un órgano musculoso y vital que late incansablemente para bombear sangre rica en oxígeno y nutrientes a todas las células del cuerpo. Los infartos agudos de miocardio, comúnmente conocidos como ataques al corazón, representan una de las emergencias médicas más temidas en todo el mundo.

El corazón necesita su propia fuente de sangre y oxígeno. Las arterias coronarias, encargadas de suministrar el flujo sanguíneo al corazón, juegan un papel crítico en el funcionamiento saludable del órgano. Sin embargo, los problemas surgen cuando estas arterias coronarias se ven comprometidas por un proceso llamado aterosclerosis.

Cada año, miles de personas pierden la vida debido a esta repentina e implacable interrupción del flujo sanguíneo al corazón, además es importante señalar que el cuerpo envía señales de advertencia días antes de que se desencadene una situación potencialmente mortal.

A menudo, las personas tienden a asociar el infarto con un dolor repentino y agudo en el pecho. Si bien este síntoma puede ser común, hay otras señales menos evidentes.

Síntomas previos a un infarto

1. Fatiga inusual: sentirse cansado después de una jornada laboral o una actividad física intensa es normal, pero una fatiga inexplicable y persistente podría ser una señal de alarma. Si su energía disminuye significativamente y sin causa aparente, es recomendable consultar a un profesional de la salud.
2. Dificultad para respirar: la falta de aliento o la dificultad para respirar, especialmente durante actividades cotidianas que solían ser fáciles, como subir escaleras o caminar distancias cortas, puede ser un signo temprano de un problema cardíaco.

1. Dolor en otras áreas del cuerpo: el dolor en el pecho no es el único síntoma de un infarto. Es posible que se experimente dolor en el brazo izquierdo, el hombro, la espalda, la mandíbula o el cuello. A menudo, este dolor puede confundirse con una molestia común, pero si persiste o empeora, es esencial tomarlo en serio.
2. Náuseas o malestar estomacal: las náuseas, los vómitos y el malestar estomacal pueden ser señales de alerta tempranas de un problema cardíaco inminente, especialmente si no están acompañados de síntomas gastrointestinales comunes, como fiebre o diarrea.
3. Mareos y sudoración excesiva: sentirse mareado o sudar profusamente sin causa aparente pueden ser indicadores de que algo no anda bien en el sistema cardiovascular.

¿Qué puede provocar?

Hay varios factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de la aterosclerosis y, en última instancia, aumentar la probabilidad de un infarto.

“El 80% de ellos se produce por una obstrucción en una de las arterias del corazón a consecuencia de un trombo o de una placa de ateroma, es decir, por un acúmulo de sustancias dentro de la pared de la arteria que acaba obstruyéndolas”, indicó Pablo Jorge Pérez, cardiólogo en el Complejo Hospitalario Universitario de Canarias.

• El consumo excesivo de grasas saturadas y colesterol en la dieta puede aumentar los niveles de colesterol en la sangre y, a su vez, contribuir a la formación de placas en las arterias.
• La falta de actividad física regular puede afectar negativamente el sistema cardiovascular y aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas.
• Fumar daña las paredes de las arterias y aumenta la formación de placas, además de contribuir a otros problemas cardíacos.

• La presión arterial alta ejerce una tensión excesiva en las arterias y puede acelerar el proceso de aterosclerosis.
• Las personas con diabetes tienen un mayor riesgo de desarrollar aterosclerosis y, por lo tanto, enfrentan un mayor riesgo de infarto.
• La genética también juega un papel importante, ya que algunas personas pueden tener una predisposición hereditaria a desarrollar enfermedades cardíacas.

La prevención de los infartos comienza con la conciencia y la adopción de un estilo de vida saludable. Mantener una dieta equilibrada y rica en frutas, verduras y granos integrales, hacer ejercicio regularmente, evitar el tabaquismo y controlar los factores de riesgo como la presión arterial y el colesterol son medidas cruciales para proteger la salud cardiovascular.