Los síntomas poco conocidos que hacen que las mujeres tengan mayor riesgo de demencia; Esto dice nuevo estudio

La demencia es un término general que se utiliza para describir una serie de trastornos cerebrales progresivos que afectan la memoria, el pensamiento, el comportamiento y la capacidad de llevar a cabo actividades diarias. Es una enfermedad crónica y degenerativa que suele afectar a personas mayores, aunque también puede presentarse en edades más tempranas.

La demencia es causada por diferentes enfermedades y afecciones que afectan el cerebro. El Alzheimer es la forma más común de demencia, representando aproximadamente el 60-70% de los casos. Otros tipos comunes de demencia incluyen la demencia vascular, la demencia por cuerpos de Lewy y la demencia frontotemporal.

Los síntomas de la demencia varían según el tipo y la etapa de la enfermedad, pero en general, los más comunes incluyen pérdida de memoria, dificultad para comunicarse y encontrar las palabras adecuadas, desorientación en el tiempo y el espacio, dificultades cognitivas como problemas de razonamiento y toma de decisiones, cambios en el estado de ánimo y en la personalidad, y dificultades en las actividades diarias.

Pues bien, una investigación realizada por la médica argentina Lucía Crivelli, que se publicó en The Lancet Healthy Longevity, revela que en América Latina y el Caribe, donde hay más desigualdades de género y socioeconómicas, la prevalencia de demencia es mayor, especialmente en las mujeres.

Precisamente el portal de noticias Infobae contactó a la especialista, quien explicó “que un nivel socioeconómico bajo está asociado con una mayor incidencia de problemas físicos (por ejemplo, enfermedades cardiovasculares) y enfermedad mental (trastornos del estado de ánimo) durante la mediana edad, y con el inicio de la demencia después de los 60 años”.

“Sabemos que la demencia es más frecuente en mujeres. Entonces, ¿a qué se puede deber? Basándonos en la evidencia científica podemos mencionar algunas variables que podrían estar involucradas”, agregó Lucía Crivelli en conversación con Infobae.

En ese sentido, ese medio de comunicación enumeró algunos factores involucrados en la patología:

• Los roles culturales. En sociedades colectivistas, donde se refuerzan representaciones sociales ligadas a la familia y a la religión, el rol de las mujeres está reservado para el cuidado de los hijos y del hogar. Este papel podría tener un efecto negativo en las mujeres debido a que reducen sus posibilidades de acceder a un mayor nivel educativo y, por consiguiente, a oportunidades laborales, que a su vez podrían conducir al aislamiento social y a un estilo de vida más sedentario.
• Exposición a factores de riesgo. La obesidad y la malnutrición son factores de riesgo conocidos para el deterioro cognitivo y la demencia debido a su rol en la presencia de síndrome metabólico, alteraciones cerebrales y enfermedades cardiovasculares. Estos son más prevalentes en mujeres que en hombres.

• Violencia física. El 82% de las víctimas de homicidio por parte de una pareja íntima son mujeres. La exposición a la violencia de manera crónica puede reducir la calidad de vida y facilitar la aparición de trastornos psicológicos (como la depresión), relacionados al deterioro cognitivo.
• Peores índices de salud. Debido al menor acceso a posibilidades de crecimiento económico, a atención médica de calidad y a condiciones de vida saludables.
• Longevidad. Dado que las mujeres viven más que los hombres, y el mayor factor de riesgo para la demencia es la edad, la exposición a la enfermedad es mayor en el grupo de las mujeres.

A medida que la enfermedad progresa, los síntomas se vuelven más pronunciados y pueden interferir significativamente con la capacidad de la persona para llevar una vida independiente. En las etapas avanzadas de la demencia, las personas pueden requerir asistencia total para realizar tareas básicas, como vestirse, comer y bañarse.

Si bien no existe una cura para la demencia, hay medidas que se pueden tomar para ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y sus cuidadores. El tratamiento de la demencia generalmente se centra en el manejo de los síntomas y la ralentización de la progresión de la enfermedad cuando es posible.