¿Por qué las personas con alzhéimer recuerdan las canciones de su juventud?

El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa crónica y progresiva que afecta principalmente la memoria, el pensamiento y el comportamiento de una persona. Es la forma más común de demencia y suele desarrollarse lentamente con el tiempo.

Los síntomas iniciales del Alzheimer pueden incluir dificultades para recordar información reciente, desorientación en tiempo y espacio, cambios en el humor y la personalidad, dificultades para realizar tareas cotidianas y problemas con el lenguaje. Con el avance de la enfermedad, los síntomas suelen empeorar y pueden incluir pérdida de memoria significativa, dificultad para comunicarse, desorientación progresiva, incapacidad para reconocer a familiares y amigos cercanos, entre otros.

Sin embargo, existe una memoria específica para la música en el cerebro. La música se procesa en varias áreas del cerebro, incluyendo el lóbulo temporal, el córtex auditivo y el sistema límbico, que está relacionado con las emociones, estas áreas están estrechamente conectadas con las regiones responsables del almacenamiento y recuperación de la memoria.

También se ha encontrado que el hipocampo, una estructura en el lóbulo temporal, está involucrado en la codificación y recuperación de recuerdos musicales.

Es por eso que la música tiene la capacidad única de evocar recuerdos y emociones de manera muy poderosa. Se ha demostrado que las canciones pueden activar circuitos cerebrales asociados con experiencias pasadas, lo que permite que las personas que padecen esta enfermedad recuerden momentos específicos o asociaciones emocionales relacionadas con una melodía en particular.

Es interesante observar que la memoria musical a menudo puede permanecer intacta en personas con daño cognitivo, como en el caso del Alzheimer. Aunque otros aspectos de la memoria pueden deteriorarse, los recuerdos musicales a menudo se conservan debido a la conexión emocional profunda que tienen en el cerebro.

La memoria musical puede ser especialmente relevante en el contexto de trastornos neurodegenerativos, como el Alzheimer, donde las canciones de la juventud pueden ser recordadas incluso cuando otros recuerdos se desvanecen. La música puede desencadenar recuerdos, emociones y conexiones significativas, lo que la convierte en una herramienta terapéutica valiosa para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas por estos trastornos.

Los recuerdos musicales se almacenan en diferentes áreas del cerebro, principalmente en el lóbulo temporal y el córtex auditivo. Estas regiones del cerebro están involucradas en el procesamiento y la interpretación de la música.

Además, la música puede tener un impacto emocional significativo debido a su conexión con el sistema límbico, que incluye estructuras como la amígdala y el hipotálamo. Estas regiones están relacionadas con la regulación de las emociones y pueden fortalecer la asociación emocional de la música con los recuerdos.

Es importante tener en cuenta que los recuerdos musicales son procesados y almacenados de manera interconectada en diversas áreas del cerebro, lo que permite la recuperación de esos recuerdos y su conexión con emociones y experiencias pasadas.

Un excelente ejemplo es el de una reconocida bailarina de ballet que cuando escuchó El lago de los cisnes de Tchaikovsky pudo empezar a recuperar toda la secuencia motora de la coreografía.

Las emociones como pilar de la memoria

Finalmente, no hay que olvidar el peso del componente emocional. La memoria a largo plazo está estrechamente relacionada con el sistema de respuesta emocional, también a nivel anatómico. Todas aquellas condiciones que nos activan emocionalmente (y de connotación positiva) nos ayudan a recuperar nuestros recuerdos. En algunos casos, también a consolidar nuevos aprendizajes. Y la música podría ser una de ellas.

En conclusión, el hecho que las personas con la enfermedad de Alzheimer puedan recordar canciones de su juventud podría deberse a la preservación de las áreas cerebrales que se encargan de elaborar estos recuerdos. Y porque es un tipo de memoria que se ha consolidado en un tiempo lejano, mucho antes del inicio de la enfermedad. El reto ahora es entender cómo incorporar estos conocimientos en la práctica clínica para mejorar los beneficios de los programas de estimulación de la memoria.