Presión arterial alta: frutas que ayudan a reducirla

“La hipertensión arterial es una enfermedad muy común en todo el mundo, y en el Valle del Cauca afecta a más del 13% de la población. Es una enfermedad crónica que no tiene cura, pero se puede manejar y prevenir adoptando un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio regular y mantener un peso adecuado”, afirmó María Cristina Lesmes, responsable de Salud del Valle.

El diagnóstico temprano y el control adecuado de la presión arterial son fundamentales para prevenir otras enfermedades como la insuficiencia renal o cardíaca. “No hay forma de saber si se padece de hipertensión a menos que se tome la presión arterial, es conocida como ‘el enemigo silencioso’.

Es una enfermedad silenciosa que no presenta síntomas hasta que es demasiado tarde, pero causa daño permanente en el cuerpo, afectando el corazón, las arterias y los riñones”, explicó Lesmes.

Por esta razón, se recomienda medir la presión arterial al menos una vez al año, y para reducir los factores de riesgo se aconseja mantener una dieta saludable y llevar a cabo actividad física regularmente.

Frutas para bajar la presión

El limón: Se trata de una fruta con múltiples beneficios, entre los que destaca su acción antioxidante y depurativa pero, además, la vitamina C y los polifenoles ayudan a controlar la hipertensión. Asimismo, el limón contiene vitamina B, capaz de evitar la insuficiencia cardiaca.

Frutos rojos: Arándanos, frambuesas, fresas, grosellas… son frutos rojos que contienen antocianinas, compuestos que protegen contra la hipertensión.

Las fresas contienen antocianinas, unos antioxidantes que contribuyen a mejorar la circulación sanguínea y reducir la presión arterial.

Los alimentos ricos en flavonoides, como las manzanas y las peras, tienen un efecto positivo en los niveles de presión arterial, una asociación que se explica en parte por las características del microbioma intestinal.

El kiwi es una fruta rica en vitamina C y potasio, y puede ayudar a reducir la presión arterial y mejorar la salud del corazón.

El banano es uno de los grandes aliados para tratar la hipertensión gracias a su alto contenido en potasio, un mineral que ayuda a bajar la presión arterial.

Tener en cuenta

Es importante destacar que las personas con hipertensión no suelen desarrollar síntomas, precisamente por esto se le considera una enfermedad silenciosa.

Sin embargo, una presión arterial alta (180/120 o más) si presenta señales como dolor de cabeza, mareos, vómitos y visión borrosa, pitido en los oídos y dolor en el pecho.

Por ello, los profesionales de salud recomiendan mejorar los hábitos alimenticios, incrementar el consumo de frutas y verduras, también, si la condición del paciente lo requiere, bajar de peso, evitar el consumo de tabaco y realizar actividad física.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo existen aproximadamente 1.280 millones de personas entre 30 y 79 años con esta enfermedad y se calcula que el 46% de ellos desconoce que padece esta afección.

Tan solo el 42% de los afectados son diagnosticados y tratados adecuadamente, y apenas el 21% de adultos hipertensos controla su presión arterial.

¿Cómo esta Colombia?

En Colombia, la Cuenta de Alto Costo (CAC) informó que, en el último periodo analizado, entre el julio de 2020 y junio de 2021, se registraron más de cuatro millones ochocientos mil casos de personas con hipertensión en el país, lo que corresponde a una prevalencia del 9,64% por cada 100 habitantes, un incremento del 8% con respecto al periodo anterior, adicionalmente la CAC resaltó que la tasa de mortalidad, durante este tiempo, fue de 312,74 casos por cada cien mil habitantes.

Al respecto, la doctora Cecilia Medina, endocrinóloga clínica y Gerente médico de la línea cardiovascular de Sanofi, resalta que “esta es una patología crónica que no da señales, por tal motivo, hay muchas personas en el mundo que la tienen y no lo saben.

En nuestros países de medianos a bajos ingresos, el 80% de las muertes son de causa cardiovascular.

Este es un asesino silencioso que va dañando órgano tras órgano, puede afectar el corazón produciendo insuficiencia cardiaca, arritmias o infarto; los riñones, causando enfermedad renal crónica; el cerebro haciendo que las arterias cerebrales se obstruyan o estallen, produciendo la muerte en segundos o que la persona quede con algún tipo de discapacidad; también puede producir disfunción eréctil y ceguera”.