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Los niveles altos del 'colesterol malo' (LDL) incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, diabetes o renales. Foto: Getty Images.
Los niveles altos del 'colesterol malo' (LDL) incrementa el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, diabetes o renales. Foto: Getty Images. | Foto: Foto Gettyimages

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Tres alimentos cotidianos para reducir el colesterol malo

El colesterol de baja densidad (LDL), conocido como el “colesterol malo”, puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares en las personas.

10 de agosto de 2023 Por: Redacción El País

El colesterol LDL puede representar una amenaza constante para la salud, especialmente cuando se consume una dieta rica en grasas saturadas. Aquí presentamos seis alimentos que pueden desempeñar un papel importante en la reducción de los niveles de este tipo de colesterol.

La acumulación de colesterol LDL en las arterias puede dar lugar a problemas en el sistema circulatorio, lo que aumenta la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.

Los altos niveles de colesterol pueden inducir a enfermedades cardíacas.
Los altos niveles de colesterol pueden inducir a enfermedades cardíacas. | Foto: Getty Images/iStockphoto

1. Cereales integrales y avena: Los cereales integrales contienen carbohidratos de absorción lenta que proporcionan energía sostenida para las actividades diarias. La avena, en particular, es rica en fibra soluble, lo que puede ayudar a bloquear la absorción de colesterol LDL en el intestino.

Es importante señalar que la avena contiene avenasterol y lecitina, fitoesteroles conocidos que refuerzan la acción de la fibra en su lucha contra el colesterol alto.

2. Aguacate: El organismo requiere cierta cantidad de grasas saludables, y el aguacate es una excelente fuente de estas. Sus ácidos grasos contribuyen positivamente a los niveles lipídicos corporales y son un componente valioso en una dieta que promueve la salud cardíaca.

3. Pescado azul: Los pescados grasos, como el salmón y el atún, son ricos en ácidos grasos esenciales Omega 3 y 6. Estos nutrientes contribuyen a reducir los niveles de colesterol LDL y triglicéridos, lo que los convierte en una recomendación esencial para el bienestar cardiovascular.

La avena es un cereal que aporta al organismo vitaminas B, D y E. Foto: Getty images.
La avena es un cereal que aporta al organismo vitaminas B, D y E. Foto: Getty images. | Foto: Foto: Getty images.

4. Aceite de oliva: Este aceite proporciona al organismo polifenoles y vitamina E, que son antioxidantes beneficiosos. Además, contiene Omega 9, que actúa como antídoto para disminuir los niveles totales de colesterol en la sangre.

5. Legumbres: Las legumbres, como las lentejas y los garbanzos, son ricas en fibra soluble e insoluble y son bajas en grasas. Estos alimentos ofrecen grasa vegetal en lugar de grasa animal.

6. Nueces: Las nueces, como parte de los frutos secos, ofrecen un alto valor calórico y contribuyen a la reducción del colesterol LDL. Además, son una fuente significativa de antioxidantes.

Cabe destacar que las nueces contienen un nivel notable de Omega 3, que supera en algunos casos al presente en ciertas especies de pescado.

En resumen, es importante comprender los riesgos asociados con niveles elevados de colesterol LDL y cómo ciertos alimentos pueden ayudar a reducir sus efectos negativos, lo que contribuye a mantener un estilo de vida saludable.

Evite estos alimentos para cuidar su salud

Elegir una alimentación saludable trasciende la apariencia física, representando una inversión a largo plazo en la salud. Una dieta equilibrada, rica en nutrientes esenciales como vitaminas, minerales, proteínas y fibras, influye en diversos aspectos del bienestar humano.

No obstante, es fundamental entender que, en la búsqueda constante de un estilo de vida saludable, es imperativo examinar detenidamente los alimentos que se incorporan en la dieta diaria. En este contexto, tres elementos que ameritan un análisis crítico son el pan blanco, los embutidos y el vino. A pesar de su frecuente inclusión en muchas dietas, su consumo excesivo puede conllevar consecuencias adversas para la salud.

Pan blanco: déficit nutricional y alto índice glucémico

El pan blanco, elaborado a partir de harina refinada, carece de los nutrientes esenciales presentes en los granos integrales. Durante el proceso de refinamiento, se eliminan numerosos componentes del grano, incluida la fibra y las vitaminas.

Esto resulta en un producto con escaso valor nutricional y elevado contenido calórico. Adicionalmente, su elevado índice glucémico puede inducir fluctuaciones en los niveles de azúcar en sangre, seguidas de bruscos descensos que pueden provocar fatiga y sensación de hambre.

Es importante resaltar que el pan blanco está compuesto principalmente por harina refinada, de la cual se ha eliminado gran parte de su valor nutricional. Su contenido se basa en su mayoría en carbohidratos de rápida digestión, lo que da lugar a incrementos en los niveles de azúcar en sangre. Asimismo, es necesario considerar los panes industriales, como los de molde o los tipo bollito, que con frecuencia contienen añadidos de azúcar en su formulación.

El alto consumo de pan blanco es perjudicial.
El alto consumo de pan blanco es perjudicial. | Foto: Getty Images
Embutidos

Los embutidos, como las salchichas, el jamón y el salami, son conocidos por su sabor apetitoso, pero en muchos casos contienen niveles significativos de sodio, grasas saturadas y aditivos. El exceso de sodio se ha relacionado con la hipertensión arterial, incrementando el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Las grasas saturadas pueden contribuir a la obesidad y elevar el nivel de colesterol LDL (colesterol “malo”). Además, varios embutidos incorporan conservantes y aditivos que podrían tener efectos negativos en la salud a largo plazo.

Vino: riesgos potenciales para la salud

Si bien se ha difundido información acerca de los posibles beneficios para la salud asociados al consumo moderado de vino tinto, es crucial tener en cuenta sus riesgos. El alcohol presente en el vino puede contribuir al aumento de peso, afecciones hepáticas y desarrollo de adicciones.

Además, su consumo puede incrementar la posibilidad de padecer ciertos tipos de cáncer y ejercer efectos negativos sobre el sistema nervioso. Los supuestos beneficios antioxidantes del vino tinto también pueden adquirirse de fuentes más saludables, como frutas y verduras. En lo que respecta al vino, si se opta por consumirlo, debe hacerse con moderación y como parte de un enfoque de vida equilibrado.

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