Un cortocircuito es un fallo en el sistema eléctrico en el que dos conductores que normalmente están aislados entre sí entran en contacto, permitiendo que la corriente fluya por un camino no previsto. Este evento puede generar una gran cantidad de calor y chispas, lo que a menudo provoca incendios.
Inspección regular de cableado: Mandar a revisar el cableado de su hogar por un electricista calificado al menos una vez al año. Buscar cables desgastados, pelados o expuestos.
Uso de equipos de protección: Instalar interruptores automáticos (breakers) y fusibles adecuados para la capacidad de su sistema eléctrico. Considerar el uso de dispositivos de protección contra sobretensiones.
Desconecte dispositivos no utilizados: Apagar y desenchufar los aparatos eléctricos cuando no estén en uso, especialmente los de alto consumo como calefactores, planchas y electrodomésticos de cocina.
Uso de equipos certificados: Comprar y usar solo electrodomésticos y dispositivos eléctricos certificados por organizaciones de seguridad reconocidas.
Mantenga la humedad controlada: Evitar la acumulación de humedad cerca de enchufes y dispositivos eléctricos. Usar deshumidificadores si es necesario.
Cuidado con los cables de extensión: Usar cables de extensión solo de forma temporal y asegurarse de que sean del calibre adecuado para el uso previsto.
Actualización del sistema eléctrico: Si su hogar es antiguo, se debe considerar actualizar el sistema eléctrico para que cumpla con los estándares modernos de seguridad.
Educación y conciencia: Educar a todos los miembros de la familia sobre el uso seguro de la electricidad y qué hacer en caso de emergencia.
Instalación de detectores de humo: Instalar detectores de humo en cada habitación y en áreas comunes. Probar y cambiar las baterías regularmente.