El pais
SUSCRÍBETE

Columnistas

A las patadas

Es claro que solo existen dos seres omnipotentes e iluminados: Trump y Musk, y su puñado de aliados y amigotes personales, el resto de la humanidad es basura.

21 de febrero de 2025 Por: María Elvira Bonilla
María Elvira Bonilla.
María Elvira Bonilla. | Foto: El País.

Con la llegada de Trump y Elon Musk se instauró en Washington una nefasta manera de gobernar basada en la fuerza y el chantaje, abusando de las armas del poder. Cuando no son las amenazas o la realidad de las deportaciones masivas de inmigrantes ilegales es el garrote mayor que tiene Trump para forzar a los países a tomar decisiones drásticas: los aranceles. Todo a las malas, a punto de irrespeto y atarbanería, con la total vulgarización de las relaciones entre pares, menospreciando y desconociendo la entidad de las personas, de las instituciones y de los países.

El capataz de los atropelladores es Elon Musk, con su banda de cien muchachos, de camisetas negras con la sigla de ‘Technoking’, que irrumpen en las oficinas públicas sin advertencia ni preparación con una sola tarea: reducir a su mínima expresión sus nóminas y el correspondiente presupuesto de funcionamiento. Literalmente se las toman y sacan a la brava a los funcionarios, porque asumen que todo servidor público adscrito a la burocracia del gobierno federal es inepto, inútil, derrochador y corrupto. Es claro que solo existen dos seres omnipotentes e iluminados: Trump y Musk, y su puñado de aliados y amigotes personales, el resto de la humanidad es basura.

Y así, a las patadas, Trump maneja las relaciones con el mundo. Su mentalidad la define la lógica de los negocios, las transacciones, los deals, en la lógica de la compra-venta de bienes raíces, que es lo que siempre ha hecho, buscando resultados al menor costo en lo personal para él y ahora como presidente para Estados Unidos, instalando en el imaginario colectivo gringo el Mega (Make America great again) y esto envuelto en propuestas delirantes, como su alternativa para Gaza, convertirla en balneario de lujo, la ‘Riviera del medio oriente’, que pasa por reubicar a los palestinos, desalojarlos, para poder construir desarrollos turísticos. Es decir, en llave con Netanyahu, su propuesta es borrar del mapa al pueblo palestino con un simplismo irreal. Qué línea la que bordea la ignorancia.

Al presidente Zelenski se refiere de una manera más que despectiva -un cómico decadente-, responsable del conflicto en Ucrania y dictador por no haber convocado a elecciones en medio de una guerra, mientras a sus espaldas negocia con Putin, el villano para los ucranianos, el futuro de un pueblo que literalmente ha entregado la vida por su libertad y por el respeto a su territorio. No pierde un minuto en restregarle los billones de dólares que recibió del gobierno Biden y de la Unión Europea para defenderse de los tentáculos rusos; dinero que él considera se fue a la basura.

A los gobernantes europeos los trata con un desprecio impensable; los considera débiles y los subestima; los ve más como una carga que como socios para mantener la democracia occidental. Está decidido a no aportar más recursos a la Otan para la seguridad europea, porque son las sumas y restas elementales, la plata, la variable definitiva en sus decisiones.

La cúpula que lo rodea ejerce con él la ley del garrote. Homan, el zar de la frontera, Miller, su mano derecha en la Casa Blanca, y el billonario Musk, sin cargo oficial, pero el más poderoso de todos, parado a su lado cogobernando. Una realidad increíble, delirante, pero cierta. De su resultado, nada se puede adelantar.

Regístrate gratis al boletín diario de noticias El País

Descarga la APP ElPaís.com.co:
Semana Noticias Google PlaySemana Noticias Apple Store

Te puede gustar

AHORA EN Columnistas