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No hay que ser famoso ni rico
Quizás el campo donde se necesita aportar más al cambio es la educación, sobre todo en un país como el nuestro, con altos niveles de deserción: 473.786 niños dejaron de estudiar en 2023
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“Cuando mi hijo de 10 años me cuenta con tristeza que un amigo suyo quisiera cambiarse el color de la piel porque no se siente parte, o que algún otro está siendo apartado por sus preferencias, solo me queda como madre mostrarle que no se tiene que quedar callado, que alce la mano, que puede usar su voz”.
La frase fue dicha por Shakira esta semana, en los Premios Juventud 2023, al ser reconocida como Agente de Cambio, debido al inmenso aporte que hace su fundación Pies Descalzos, en favor de la educación en Colombia.
Sí, más allá de sus éxitos musicales, de las noticias en torno a su vida -con quién sale, a dónde va, qué se puso y quién la criticó- la artista, desde hace 20 años, es la filántropa que construye colegios y beneficia a más de 300.000 personas con su fundación. Eso que llaman ser agente de cambio: impactar positivamente a un grupo de personas. Si bien, el término fue usado en un principio a nivel empresarial, para destacar a quienes eran capaces de causar disrupciones que trajeran ganancias y mejores organizaciones, la esencia terminó siendo mucho más social.
Quizás el campo donde se necesita aportar más al cambio es la educación, sobre todo en un país como el nuestro, con altos niveles de deserción: 473.786 niños dejaron de estudiar en 2023. Y en donde los colegios se dejan a medio construir y se abandonan: tan solo en el Valle son 53 elefantes blancos, obras educativas en las que se invirtieron 218 mil millones de pesos, según un informe de la Contraloría y que dejaron tiradas. No es gratis que el departamento sea el que más plata dilapidó en obras inconclusas en el país: $2,9 billones. ¡Qué tristeza!
Decía Nelson Mandela que la educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo; pero claro cuando se roban la plata que debería ser sagrada, produce desconsuelo y es una opción sentarse en el cómodo sofá de la crítica. O mirar hacia lo posible, pensar en lo que usted o yo podemos hacer, en lo que podemos aportar a una sociedad que tantos agentes de cambio necesita.
“Hay realidades que no se pueden filtrar ni maquillar. Hay lugares en que la gente nace pobre y muere pobre, porque no tienen la oportunidad de recibir una educación de calidad. Lugares donde todavía se discrimina a la gente por sus preferencias sexuales, por el color de la piel o por su clase social. Es un mundo imperfecto, pero que por suerte está en constante cambio”.
Justo a ello debemos apostar, como lo advierte Shakira; al mundo que se sorprende y cambia. Ese que promete la irreverencia joven actual, que traga poco, es empática y transformadora. En tanto, las revoluciones pueden iniciar en ‘pequeños grandes esfuerzos’, suyos y míos, para aportar a quien lo necesita. A veces sorprende cómo es tan proclive a dar la gente humilde, mientras que a algunos que les sobra les cuesta tanto.
No hay que ser famoso ni rico para constituirse en un agente de cambio. Solo tener la convicción. Y saber que nada produce más satisfacción que dar. Gracias, Shakira, por recordárnoslo:
“Yo quiero que mis hijos entiendan que para ser un agente de cambio no hay que ser una estrella del pop femenina. No hay que tener una fundación, no hay que ser político u ocupar un lugar de poder, ni ser famoso ni rico. Para ser agente de cambio solo hay que diferenciar lo que está bien de lo que está mal. Solo hay que creer que sí es posible cambiar las cosas”.
@pagope
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