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Nuevo orden
Es hora de repensar el esquema de nuestras relaciones internacionales, ojalá en conjunto con la América Latina, porque estamos viviendo tiempos muy difíciles e inusitados.
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Se viene hablando de un nuevo orden internacional y con ello, como consecuencia, de las notorias falencias de las instituciones existentes. La participación de las Naciones Unidas en los asuntos que están afectando a la humanidad no se ve muy efectiva, con la excepción de algunos sectores. Inclusive se ve deteriorada en algunos en los cuales fue muy eficaz, como por ejemplo, en el tema de los derechos humanos. Lo que ha venido ocurriendo en países como Venezuela deja un sabor muy amargo con respecto al papel de los organismos pertinentes de las Naciones Unidas. Y, claro está, los correspondientes de la OEA.
El tema de la guerra de Ucrania mostró, y así sigue ocurriendo, la incapacidad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para prevenir la guerra, que es su principal función o para propiciar la paz.
Lo que estamos viendo es al presidente Trump creando un nuevo orden internacional sin referencia al existente que permanece pasivo. Digamos que está asumiendo una visión imperial con respecto a lo que está ocurriendo en el mundo, interviene directamente, y de qué manera, en la situación del Medio Oriente, hace anuncios de significativa importancia en América Latina, hace desafiantes referencias a Canadá y Groenlandia, y busca resolver la guerra en Ucrania sin contar con el gobierno de este país, al cual además acaba de descalificar como una dictadura. Y prescindiendo totalmente de los países europeos a los cuales ha marginalizado. Está creando una nueva situación en Europa que en nada coincide con la que este continente ha experimentado a partir del final de la Segunda Guerra Mundial.
El presidente Macron ha convocado por lo menos dos sesiones de urgencia al más alto nivel para concluir que Europa tiene ahora que asumir su propia defensa, y por ello están haciendo el balance de lo que suman sus fuerzas militares, sus equipos de inteligencia, y sus capacidades nucleares. Él ha denominado la actitud de Trump como un electrochoque.
El tema realmente adquirió una dimensión preocupante a raíz de los planteamientos del Secretario de Defensa de los Estados Unidos y, más adelante, del vicepresidente Vance en la respetada y tradicional conferencia de seguridad en Munich, ante la cual hicieron planteamientos muy fuertes, críticos de Europa y de los valores que Europa, al parecer, ya no compartía con los Estados Unidos. El discurso de Vance fue particularmente duro.
Escucharemos diversas interpretaciones sobre lo que ha venido ocurriendo en este primer mes de la presidencia de Trump. Es hora de repensar el esquema de nuestras relaciones internacionales, ojalá en conjunto con la América Latina, porque estamos viviendo tiempos muy difíciles e inusitados. Infortunadamente, América Latina está muy dividida y no será fácil llegar a consensos que nos permitan navegar con eficacia en el nuevo orden internacional que se está forjando.
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