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Editorial

La decisión inaplazable

Como lo cuenta el actual Gerente de Emcali en entrevista exclusiva con El País, se llegó a un punto de no retorno...

30 de marzo de 2025 Por: Editorial
Emcali aseguró que cerca de 120 mil millones serán invertidos en la subestación Mulaló.
Emcali aseguró que cerca de 120 mil millones serán invertidos en la subestación Mulaló. | Foto: Emcali

Desde hace dos décadas ya era previsible que el componente de Telecomunicaciones de Emcali sería inviable si no se tomaban decisiones sobre su operación, incluida la posibilidad de escindirla de la empresa de servicios públicos de la ciudad y buscarle un socio estratégico. Ahora se llegó a lo más profundo de la crisis y si no se hace nada, será la entidad que además tiene a su cargo los servicios de energía y acueducto, la que corra el riesgo de desaparecer en su totalidad.

Las trabas que se han puesto en estos 20 años a cualquier búsqueda de alternativas para Telco, han estado en la misma empresa, en sus sindicatos, en el propio Concejo donde se han presentado varios proyectos en ese sentido, e incluso en el Gobierno Nacional, que la tuvo intervenida por trece años y no asumió la responsabilidad de encontrar salidas.

Como lo cuenta el actual Gerente de Emcali en entrevista exclusiva con El País, se llegó a un punto de no retorno, donde las pérdidas del componente de Telecomunicaciones acumuladas en los últimos 15 años suman $1,3 billones, los ingresos anuales solo alcanzan hoy para pagar la nómina y el resto de la empresa de servicios públicos debe financiar el déficit mensual.

Lo peor es la pérdida de competitividad, que ya era evidente hace un par de décadas, cuando aún el mayor activo de Telco eran sus casi 500 mil usuarios de telefonía e internet. Con una empresa en manos de la Superintendencia de Servicios Públicos, tratando de salir a flote, saldar sus deudas y reorganizar su administración, era imposible adelantar las inversiones que sí podían hacer sus competidores, en ese entonces y ahora, multinacionales de las telecomunicaciones.

La oportunidad de tomar las decisiones correctas en el momento preciso se diluyeron entre la politiquería, el clientelismo y unos sindicatos que no entendieron que su propio futuro dependía de ceder y acompañar un proceso que no debió tener reversa. Pero no, así no pasó y en la actualidad hay que proceder con urgencia si se quiere salvar al menos una parte de ese componente y evitar que arrastre al resto de Emcali o la lleve a una nueva intervención estatal, posibilidad que no está conjurada.

Se debe reconocer, sin duda, que la actual Administración local y la gerencia de la entidad trabajan para evitar que ello suceda. Es un logro haber negociado la salida consensuada de 70 trabajadores de Telco y la reubicación de otros 30 en áreas donde se les necesita. Se ha trazado un plan para reducir las pérdidas financieras en dos o tres años, ajustar el tamaño del componente de acuerdo con su realidad actual, así como buscar socios estratégicos que puedan invertir en la actualización tecnológica y en el manejo de los clientes masivos que aún le quedan a Emcali Telecomunicaciones.

Si bien hay que hacer una vigilancia estricta sobre cada decisión que se tome, es de esperar que no se interpongan más impedimentos para hacer lo que es necesario. De no permitirse la reestructuración de Telco, Cali perderá a la que es la empresa más importante para la ciudad, que además les pertenece a todos los caleños, mientras se pone en riesgo la prestación de servicios públicos esenciales como los de acueducto, alcantarillado y energía.

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