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POLÍTICA

¿Cómo contribuir a detener la polarización política en el país?

Según expertos, el Gobierno Nacional, el Congreso de la República, los partidos y los grupos sociales tienen varias tareas pendientes en el propósito de bajarle la tensión a los colombianos. Análisis.

21 de abril de 2019 Por: Argemiro Piñeros Moreno / Colprensa&nbsp;<br>
¿Cómo se puede contribuir a detener la polarización política en el país? | Foto: El País

La época de Semana Santa es propicia para la reflexión y para decidirse a cambiar lo que se está haciendo mal. Y con el alto grado de polarización que se vive en el país político, este podría ser uno de esos ‘pecados’ que distintos sectores de colombianos podrían empezar a corregir.

Las disputas permanentes por la implementación de los Acuerdos de Paz y en especial por el funcionamiento de la Jurisdicción Especial de Paz, JEP; la frustración provocada por las promesas incumplidas por varios gobiernos; las posiciones extremas tomadas por algunos partidos tanto cercanos al Ejecutivo como de oposición, y el tenso ambiente con el que se ha llevado a cabo la protesta civil, son algunas de las formas como se ha manifestado ese ‘pecado’ de la polarización.

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La lista es extensa y en el corto plazo no se ve cuál podría ser la salida, pero algunos analistas creen que un diálogo sincero y la voluntad de cumplir acuerdos y compromisos es la ‘penitencia’ con la que el Gobierno y los sectores políticos podrían pasar del ‘pecado’ a la ‘absolución’.

Esta es la forma como, desde cada uno de esos sectores, se podría contribuir a reducir la polarización que en estos días afecta al país y que está siendo rechazada por los colombianos.

Gobierno nacional 

En los nueve meses que lleva de mandato Iván Duque, han sido muchos los temas complejos que ha tenido que enfrentar. Desde asuntos heredados de la Administración de Juan Manuel Santos, como el aumento de los cultivos de coca y las promesas incumplidas a las comunidades indígenas, hasta controversias propiciadas desde su propio Ejecutivo, como la reforma tributaria, las objeciones a la JEP o el manejo dado a los paros de estudiantes e indígenas.

Capítulo especial merece su relación con el Congreso de la República, que por ahora no ha sido el mejor socio de su Administración.

Para el exasesor legislativo Fernando Estrada, el Jefe de Estado, como cabeza de Gobierno, debería comenzar por retomar un diálogo sincero y directo con los partidos políticos.

“No los puede dejar de lado, son actores claves en la gobernabilidad y no siempre se debe pensar que si los busca y logra acuerdos son a cuenta de la llamada ‘mermelada”.

El politólogo Eduardo Garzón sostiene que la desconexión con los partidos que ha caracterizado la era Duque se ha dado “porque el Presidente ha mostrado que quiere más contactos personales con congresistas y no con los partidos, en especial con los que están como independientes o en la misma oposición”.

El analista John Mario González, por su parte, no cree que la polarización que enfrenta el Mandatario de los colombianos haya estado más allá de lo normal, pero afirma que si Duque quiere superarla, debe admitir que está en minoría en el Congreso de la República y, bajo ese entendido, estar abierto a la negociación.

“El Gobierno, de dientes para afuera dice que permite la deliberación política, pero a su vez queda inconforme porque le rechazan sus iniciativas”, sostiene el analista.

Congreso de la República 

Aunque en julio del año pasado, cuando se conformaron las mayorías del nuevo Congreso de la República, se vislumbraba que el entrante Jefe del Estado no iba a tener problemas para la aprobación de sus proyectos, dos meses después, en virtud de la entrada en funcionamiento del Estatuto de la Oposición, la realidad mostró ser muy diferente: ni en el Senado, y mucho menos en la Cámara de Representantes, el Ejecutivo ha logrado, por el momento, un respaldo contundente a sus iniciativas.

Esto ha llevado a que el Legislativo haya tenido una participación muy activa en la redacción final de las leyes de iniciativa gubernamental, como ocurrió a finales del año pasado con la reforma tributaria y como está pasando actualmente con el Plan Nacional de Desarrollo.

Aunque eso es algo positivo, pues el Congreso es precisamente el espacio ideal para la deliberación en cualquier democracia, los analistas consideran que, en aras de reducir la polarización, las bancadas no pueden descartar la posibilidad de abrirse a un diálogo sincero y abierto con la Administración central, que contribuya a una mayor gobernabilidad.

El profesor Eduardo Garzón dice que esa oportunidad podría darse en la discusión final del Plan Nacional de Desarrollo, que ya se ha ido modificando gracias a los acuerdos que se han dado con el Gobierno y los partidos.

El analista Estrada sostiene, en cambio, que lo más probable es que el nuevo llamado al diálogo a los partidos, en especial al liberalismo y a Cambio Radical, se dé, pero después de julio.

“Este periodo legislativo terminará sin mayores acuerdos, será difícil que el Gobierno logre que le saquen reformas como la de las TIC o la refoma política. Sin embargo, toca esperar que pasa si prospera la reforma a la Justicia de Cambio Radical, de la cual el Gobierno ha dicho que está dispuesto a apoyarla”.

Partidos políticos 

Al fuego de la polarización no solo le han echado leña los partidos de Gobierno sino los de oposición.

Si bien, según dice González, “la oposición ha hecho lo que le corresponde” y no ha sido tan ácida como la que le hizo el uribismo en su momento al presidente Juan Manuel Santos, como lo destacan los analistas Estrada y Garzón, también es cierto que ha aprovechado las oportunidades que les ha dado Iván Duque para ganar espacios políticos.

“Los partidos, en especial los que están como independientes o en la misma oposición, han aprovechado algunos de sus errores, como se vio con las objeciones a la Ley Estatutaria de la JEP. No debemos olvidar la alocución de la oposición, en donde hizo la réplica al Presidente en un horario triple A en televisión”, afirma Estrada.

Las colectividades cercanos al Ejecutivo, por su parte, en vez de molestarse por las críticas de la oposición, pueden apoyarlo para que interprete mejor lo que esperan de él todos los colombianos.

“Este es un Gobierno contradictorio, con una serie de tesis que expuso durante la campaña y que no resultaron practicables en el inicio del mandato, como por ejemplo el proceso de paz, porque en campaña sostuvo que se iban a hacer ajustes a los Acuerdos, y en la práctica el tema es mucho más complejo”, dice González, quien cree que a Duque ya le está pasando factura el país por salirse de las promesas con las cuales llegó a la Presidencia.

Al contrario de lo que dice Goonzález, Duque ha recalcado que está cumpliendo lo que ofreció en campaña.

Grupos sociales

El largo paro de los estudiantes de las universidades públicas al cierre del año pasado, la minga indígena que tantos estragos provocó en el occidente del país y las protestas programadas de profesores y campesinos, que confluirían en una movilización nacional el próximo jueves, han sido un factor permanente de agitación en el actual Gobierno.

Aunque la protesta social está protegida por la Constitución, el uso de las vías de hecho y, en algunos casos el aprovechamiento que han realizado de ella grupos violentos, hace oportuno un llamado a que las manifestaciones se hagan de manera pacífica.

el Ejecutivo y los grupos sociales deben tener claro, como recuerda el profesor Garzón, que debe haber apertura al diálogo, pero teniendo claro que el Gobierno no puede ir en sus compromisos “más allá de lo que tiene”.

Agrega Estrada que, en los casos en que una manifestación sea infiltrada por los violentos, “es importante que esa situación sea rechazada por los sectores que estén reclamando en ese momento”.

Esta semana se deberá alistar la discusión en el Senado de las objeciones presidenciales a la JEP, un tema que genera bastante polarización en varios sectores del país.

Reflexión

Para el exmagistrado José Gregorio Hernández, “cabe pensar en los muchos males que afronta la sociedad colombiana en todos los aspectos, en especial a causa de la violencia, el crimen, la intolerancia, la pérdida de valores y de principios”.

“Parece que la sociedad ha dejado de lado el respeto que merecen la vida, la justicia, la libertad, la igualdad, la familia, la dignidad y los derechos de las personas”.

”Entre los hechos más graves está la sistemática actividad criminal contra los líderes sociales, indígenas y promotores de derechos humanos”.

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