Salud
¿Cómo saber si va a sufrir de asma?
Esta enfermedad es potencialmente mortal, por lo que es necesario su tratamiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que, de acuerdo con sus cálculos, unas 262 millones de personas tenían asma para el 2019, lo cual le causó la muerte a cerca de 455.000 individuos. Asimismo, según el Ministerio de Salud, aproximadamente 1 de cada 8 colombianos sufre la enfermedad.
Las estimaciones de los organismos internacionales apuntan a que las muertes por asma habrán aumentado considerablemente al finalizar la década del 2020, si no se toman medidas urgentes para evitar ese escenario.
Aunque esto tiene que ver más con estrategias impulsadas por los Estados y a una política internacional robusta, lo cierto es que el trabajo inicia desde casa y todas las personas pueden supervisar constantemente su estado de salud para identificar esta enfermedad y actuar en consecuencia.
“El asma es una afección en la que las vías respiratorias se estrechan e hinchan, lo que puede producir mayor mucosidad. Esto puede dificultar la respiración y provocar tos, un silbido (sibilancia) al exhalar y falta de aire”, explica Mayo Clinic, la institución líder en el mundo dedicada a la práctica médica y la investigación en salud sin fines de lucro.
La enfermedad puede presentarse de formas muy variadas, con molestias mínimas para algunas personas o representando una gran interferencia para las actividades cotidianas en otros casos. El asma no tiene cura, pero se puede controlar con un tratamiento oportuno y adecuado.
Para ello es importante saber de forma temprana si se padece o se va a padecer de asma. Esto no es algo sencillo debido a que, en condiciones semejantes, unas personas pueden enfermarse y otras simplemente no, pero la aparición de esta patología se debe de forma regular a causas ambientales del entorno y a la genética.
Si en la familia hay personas que tienen esta afección, la posibilidad de heredarla está presente. En caso contrario, la exposición a varios irritantes y sustancias puede generar los síntomas; Mayo Clinic expone que algunos de esos desencadenantes suelen ser:
- Alérgenos aerotransportados, como el polen, los ácaros del polvo, las esporas de moho, la caspa de animales o las partículas de residuos de cucarachas.
- Infecciones respiratorias, como un resfriado común.
- Actividad física.
- Aire frío.
- Contaminantes del aire e irritantes, como el humo.
- Ciertos medicamentos, incluidos los betabloqueadores, la aspirina y los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno (Advil, Motrin IB, otros) y el naproxeno sódico (Aleve).
- Emociones fuertes y estrés.
- Sulfitos y conservantes añadidos a algunos tipos de alimentos y bebidas, entre ellos, camarones, frutas deshidratadas, papas procesadas, cerveza y vino.
- Enfermedad por reflujo gastroesofágico, un trastorno en el que los ácidos estomacales se acumulan en la garganta.
Asimismo, existen factores de riesgo que aumentan las probabilidades de tener asma, como lo son padecer de otra afección alérgica, como la dermatitis atópica; tener sobrepeso; ser fumador activo o pasivo por la exposición al humo; estar expuesto a gases de escape o a otros tipos de contaminación, así como a desencadenantes en el ámbito laboral, como las sustancias químicas utilizadas en las industrias de la agricultura, la peluquería y la fabricación.
En esos casos, y si se presentan síntomas, lo ideal es visitar al médico y pedir que se realicen las pruebas de respiración para confirmar o negar la enfermedad, y así empezar con el tratamiento adecuado.
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