Así se prepara el caldo multivitamínico con más colágeno, ayuda a bajar de peso y cuida las articulaciones

En las redes sociales, se ha destacado como una estrella culinaria el caldo de huevos. La receta tradicional de este plato, se ha trasmitido de generación en generación, también su popularidad se debe a los numerosos beneficios que tiene para la salud.

Este caldo se prepara a fuego lento con huesos de pollo, carne, cerdo o pescado junto con vegetales, hierbas y especias durante varias horas. Este proceso ayuda que los nutrientes se libere el líquido, creando una bebida densa y nutritiva.

¿Qué beneficios tiene el caldo de huesos?

De acuerdo con Doug Cook, nutricionista, dietista integrador y funcional de la Canadian Digestive Health Foundation, “el caldo de huesos es una fuente rica de colágeno, gelatina, aminoácidos y minerales como el calcio, magnesio y potasio”.

Los nutrientes que posee este caldo son fundamentales para la salud de la piel, los huesos y las articulaciones. Este alimento ayuda a mantener la elasticidad de la piel, mejora la salud en las articulaciones y fortalece los huesos.

Adicionalmente, gracias a la presencia de aminoácidos que posee, como la glicina y la prolina ayuda a reducir la inflamación y a mejorar la salud intestinal.

Asimismo, el caldo de huesos ha sido utilizado durante siglos como un tónico para el sistema digestivo, debido a la gelatina que posee, la cual ayuda a fortalecer el revestimiento intestinal, así previniendo problemas como la permeabilidad intestinal.

Otro de los aminoácidos que están en el caldo, es la glutamina, es esencial para mantener la integridad del tracto digestivo y reducir la inflamación. Estos terminan siendo beneficiosos para personas que padecen trastornos digestivos crónicos.

Además, el consumo regular de caldo de huesos puede fortalecer el sistema inmunológico. Los nutrientes que tiene este caldo ayuda a mantener una microbiota intestinal saludable, lo que es esencial para una función inmunológica óptima.

Por último, la glicina en el caldo actúa como un neurotransmisor que puede mejorar la calidad del sueño, reduciendo la ansiedad y entregando un estado de calma. Esto, a su vez, mejora el estado de ánimo y la función mental.