Salud
Las consecuencias que podría tener para la salud el rayo cósmico Amaterasu que impactó la Tierra
Es la segunda partícula con mayor energía que haya llegado al planeta, según indicaron científicos.
El rayo de Amaterasu, bautizado así por la comunidad científica y que llegó a la Tierra este mismo año, ya no solo es motivo de estudio para los eruditos del espacio, también está bajo la lupa de los investigadores en salud por los impactos que puede tener esta energía en las personas.
Y es que la energía ultra elevada de este rayo cósmico solo es superada por la partícula Oh-My-God, un rayo que fue detectado hace más de tres décadas, en el año 1991. De acuerdo con National Geographic, “este rayo porta una energía un millón de veces superior a la que puede generar cualquier acelerador de partículas avanzado”.
Por su parte, el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA) explicó que “los rayos cósmicos son partículas subatómicas con una energía extremadamente elevada que se desplazan por el espacio y acaban bombardeando la superficie terrestre”.
Si bien es un completo misterio de dónde llegó y cuál es la naturaleza de Amaterasu, es importante tener en cuenta las posibles consecuencias que tiene esta carga de radiación cósmica en los humanos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que si “los tejidos y órganos vivos” están expuestos a cargas elevadas y por tiempos prolongados “a la radiación, puede dañarlos”. El campo magnético que rodea la tierra brinda una especial protección al respecto, ya que solo niveles muy bajos de radiación terminan atravesándolo y llegando a la superficie, siendo leve la afectación.
De acuerdo con la IAEA, una persona ya está expuesta a cerca de 3,5 milisieverts de radiación al año, una carga menor, pero a partir de los 100 milisieverts empiezan las prevenciones, y desde los 1000 por exposición ya se presentarán efectos traumáticos para el organismo, sin llegar aun a una carga mortal.
Entre 4000 y 5000 milisieverts ya matarán al menos a la mitad de personas que reciban esa radiación. Entre las consecuencias en salud, dependiendo de la carga, están las náuseas y vómitos, eritemas, la caída del cabello, el síndrome agudo por radiación, quemaduras y, en el caso más grave, la muerte.
En energías tan altas como como las de Amaterasu se habla de más de 10 elevado a 18 electronvoltios, es decir, un exaelectrónvoltio (EeV). El rayo cósmico tenía una energía de 244 EeV, suficiente para dañar el tejido biológico de un ser vivo si lo alcanza, provocando una mutación en el ADN.
“Al estar constituidos por partículas cargadas, los rayos que nos llegan a la Tierra han ido cambiando de dirección siguiendo las líneas caprichosas de los campos magnéticos que permean el medio interestelar”, explicó el profesor de la Escuela de Graduados en Ciencias y el Instituto Nambu Yoichiro de Física Teórica y Experimental de la Universidad Metropolitana de Osaka, Toshihiro Fujii. Eso muestra la protección brindada por el campo magnético y da la razón por la cual no ha afectado en gran medida la salud de la humanidad.
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