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La pérdida de memoria ocurre principalmente por la vejez, aunque hay otros aspectos que pueden afectarla.
La pérdida de memoria ocurre principalmente por la vejez, aunque hay otros aspectos que pueden afectarla. | Foto: Getty Images

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Los hace a diario y no lo sabe, dos hábitos que aceleran la pérdida de memoria

La pérdida de memoria puede ser una consecuencia natural del envejecimiento, pero ciertos hábitos pueden acelerar este proceso.

15 de julio de 2024 Por: Redacción El País

La pérdida de memoria es un problema que preocupa a muchas personas, especialmente a medida que envejecen. Aunque ciertos aspectos del deterioro cognitivo pueden ser inevitables, hay hábitos específicos que pueden acelerar este proceso.

1. Falta de sueño

El sueño es fundamental para el funcionamiento adecuado del cerebro. Durante el sueño, el cerebro procesa y consolida la información adquirida durante el día, lo que fortalece la memoria a largo plazo. La falta de sueño interfiere con este proceso crucial, llevando a problemas de memoria y a una disminución en la capacidad cognitiva.

Insomnio
El sueño se puede ver afectado al estar en contacto con pantallas antes de dormir. | Foto: Getty Images

Efectos negativos de la privación del sueño

  • Reducción en la capacidad de aprendizaje: La falta de sueño afecta negativamente la capacidad del cerebro para aprender y retener nueva información.
  • Problemas de concentración: La privación del sueño dificulta la concentración y la atención, lo cual es esencial para la formación de nuevos recuerdos.
  • Aumento del estrés: El sueño insuficiente puede aumentar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que también afecta negativamente la memoria.

Estudios sobre el sueño y la memoria

Diversos estudios han demostrado una conexión directa entre la calidad del sueño y la salud cognitiva. Un estudio realizado por la Universidad de California en Berkeley encontró que las personas que duermen menos de seis horas por noche tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Además, la falta de sueño crónica puede llevar a una disminución en el volumen del hipocampo, la región del cerebro responsable de la memoria.

Consejos para mejorar la calidad del sueño

  • Mantenga un horario regular: Trate de ir a dormir y despertarse a la misma hora todos los días.
  • Cree un ambiente propicio para el sueño: Asegúrese de que la habitación sea oscura, silenciosa y fresca.
  • Limite la exposición a pantallas: Evite el uso de dispositivos electrónicos antes de dormir, ya que la luz azul puede interferir con la producción de melatonina.
  • Practica técnicas de relajación: Actividades como la meditación o el yoga pueden ayudar a reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño.
Prefiera consumir productos frescos y con variedad de colores. Es un tip muy saludable y fitness.
Al adoptar hábitos de sueño saludables y una dieta equilibrada, puedes mejorar significativamente tu memoria y mantener una función cerebral óptima. | Foto: 123rf

2. Dieta poco saludable

Una dieta equilibrada es esencial para la salud del cerebro. Los alimentos que consumimos proporcionan los nutrientes necesarios para el funcionamiento adecuado del cerebro y la formación de recuerdos. Una dieta rica en grasas saturadas, azúcares refinados y alimentos procesados puede tener un impacto negativo en la memoria y la función cognitiva.

Efectos de una dieta poco saludable

  • Inflamación: Los alimentos poco saludables pueden causar inflamación en el cuerpo y el cerebro, lo que puede dañar las células cerebrales y afectar la memoria.
  • Estrés oxidativo: Una dieta pobre puede aumentar el estrés oxidativo, lo que daña las neuronas y contribuye al deterioro cognitivo.
  • Deficiencias nutricionales: Una dieta desequilibrada puede llevar a deficiencias de nutrientes esenciales para la salud del cerebro, como los ácidos grasos omega-3, las vitaminas B y los antioxidantes.

Estudios sobre la dieta y la memoria

Investigaciones han demostrado que ciertos patrones alimenticios están asociados con una mejor salud cognitiva. Por ejemplo, la dieta mediterránea, que es rica en frutas, verduras, pescado, y aceite de oliva, se ha relacionado con un menor riesgo de deterioro cognitivo y enfermedades neurodegenerativas. Por otro lado, una dieta occidental, caracterizada por un alto consumo de carne roja, grasas saturadas y azúcares, se asocia con un mayor riesgo de pérdida de memoria.

Consejos para una dieta saludable

  • Incluya alimentos ricos en antioxidantes: Consuma frutas y verduras de colores brillantes, como bayas, espinacas y zanahorias.
  • Aumente el consumo de ácidos grasos Omega-3: Coma pescado graso, como el salmón y la caballa, o considere suplementos de aceite de pescado.
  • Evite alimentos procesados: Limite el consumo de alimentos altamente procesados y azúcares refinados.
  • Mantenga una hidratación adecuada: Beba suficiente agua a lo largo del día para mantener una buena función cerebral.

*Este artículo fue creado con ayuda de una inteligencia artificial que utiliza machine learning para producir texto similar al humano, y curado por un periodista especializado de El País.

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