¿Por qué nunca debería comer una rebanada de un pan con moho?

El moho en el pan aparece por la proliferación de hongos. El desarrollo de estos organismos se produce mediante esporas, un tipo de semillas característico de todos los hongos. Estas esporas tienen un tamaño diminuto y están presentes de forma natural en ambientes húmedos, pero se desarrollan cuando encuentran las condiciones de temperatura y superficie óptimas.

La presencia de materia orgánica y la humedad son las condiciones ideales para que un hongo se desarrolle. El pan es uno de los alimentos que cumple estas dos características, por lo que es bastante frecuente la aparición de este hongo.

En el pan, el moho puede tener diferentes colores, de acuerdo con el tipo de hongo que lo colonice e incluso, según la variedad. Por esa razón, el moho puede presentarse como manchas blancas, verdes, negras y de otras tonalidades, y además emana un olor característico. Sin embargo, cuando el moho en el pan se observa a simple vista, los hongos llevan varios días colonizándolo.

En ocasiones, este hongo aparece en el pan, incluso, si está bien protegido o cubierto. Una de las posibles causas es tocar los alimentos sin lavarse las manos, pues las esporas que producen el moho se transfieren con facilidad.

Para evitar que le salga moho al pan, es posible tomar algunas medidas en el hogar:

• Guardar el pan en un lugar seco y fresco, preferiblemente dentro de una bolsa limpia de papel o tela.
• Antes de manipular alimentos, recuerde lavar muy bien sus manos, incluso si solo va a sacarlos de la bolsa para guardarlos.
• Cada semana revise qué alimentos hay en su nevera y deseche los que pueden estar contaminados con moho.
• Haga su lista de compra teniendo en cuenta qué alimentos tiene en casa y compre solo los alimentos frescos para los días que necesita.

• No compres frutas y verduras que tengan moho. Un racimo de uvas o una caja de fresas con alguna pieza estropeada, podrían estar totalmente contaminadas.
• Si encuentra algún alimento con moho, evite acercarlo a su nariz para comprobar su estado, pues algunos hongos como el moho del pan Cladosporium causan irritación si las esporas entran por las vías respiratorias.
• Coloque el pan con moho y otros alimentos contaminados en una bolsa de plástico cerrada antes de desecharlos.
• Guarde los alimentos perecederos en la nevera lo más rápido posible.
• Almacene los alimentos en envases herméticos para reducir su exposición al aire y la humedad.

La Asociación Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición advierte que ingerir alimentos contaminados por toxinas fúngicas puede inducir enfermedades tan graves como “cáncer y mutagenicidad, así como problemas en el metabolismo de los estrógenos, gastrointestinales o en el riñón”.

De igual manera, la exposición prolongada a las micotoxinas puede comprometer la inmunidad y reducir nuestra resistencia a enfermedades infecciosas, así como producir problemas gastrointestinales agudos. Para evitar estos efectos secundarios es clave evitar la ingesta de alimentos contaminados con moho, así como olerlos, pues las esporas pueden entrar en las vías respiratorias y causar enfermedades.

En caso de encontrar en casa un trozo de pan contaminado con moho la recomendación es desecharlo. Aunque algunas personas optan por cortar el pan y quitar la parte donde se observa el hongo, este puede ser un grave error, pues es posible que toda la rebanada de pan ya esté contaminada. Al ser un alimento húmedo y poroso, los hongos contaminan muy rápido el pan, aunque no se observe a simple vista.