El tiempo se termina y la paciencia se agota. La más reciente tregua entre las dos bandas criminales más grandes de Buenaventura, Los Shottas y Los Espartanos, irá hasta el próximo 5 de febrero, pero será complejo extenderla si desde el Gobierno Nacional no le prestan, de una vez por todas, la atención que este proceso merece.

Los diálogos de paz con estas dos bandas criminales, que en agosto de 2022 se acogieron a la propuesta de paz total del Gobierno del presidente Gustavo Petro, aún enfrenta retos de vital importancia como la creación y construcción de un marco jurídico que permita definir una ruta hacia el sometimiento y desarme de ambos grupos ilegales, así como concretar acuerdos que ayuden a mejorar la seguridad en Buenaventura.

Es urgente que los voceros de estos grupos ilegales se sienten y definan, junto con los representantes del Gobierno, este marco jurídico, pues en un poco más de dos años de diálogos se han salvado muchas vidas, pero para que haya otra tregua debe haber avances en las mesas, de lo contrario será difícil.

El cese de hostilidades entre las bandas ha permitido que Buenaventura salga del listado de las 50 ciudades más peligrosas de América Latina y que, en 2022, se contabilizaran 82 días con cero homicidios, algo que años atrás parecía imposible por las sangrientas disputas entre ambas estructuras que dejaron muertos en casi todas las 12 comunas que tiene el Distrito Especial.

Sin embargo, los sonidos de los disparos han vuelto a escucharse en los primeros días del 2025, especialmente en las comunas 10 y 12, lo que ha hecho que sus habitantes tengan que volver a cerrar las puertas de sus casas, estar lejos de las ventanas y, en algunos casos, esconderse hasta debajo de las camas.

Entre el 1 y el 23 de enero de este año en Buenaventura se presentaron 11 homicidios, cifras que según la gobernadora del Valle son 75 % superiores a las del mismo periodo del año pasado. Y, aunque no es claro si todos los asesinatos registrados en este primer mes del año tienen relación directa con Los Shottas y Los Espartanos, hay indicios y modos de operación que llevan a pensar que sí.

Un documento de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), expone que gran parte de los jóvenes que hacen parte de estas dos bandas criminales han pasado por diferentes estructuras armadas en el territorio como las disidencias de las Farc o el Bloque Calima de las AUC.

Los Shottas tendrían entre 600 y 1000 integrantes y hacen presencia en cinco comunas de la ciudad, mientras que Los Espartanos, con la misma cantidad de miembros, tienen injerencia en 10 de las 12 comunas.

Estas cifras muestran que son muchas las vidas que están en juego y por eso se debe acelerar. Es vital que se aborden los cuatro puntos que propone el Gobierno: construcción de cultura de paz, disminución de las violencias, transformación del territorio y desmonte de las bandas.