Llantas para salvar a Juanchaco

La propuesta la hizo un grupo de profesores de biología marina de la Universidad del Valle después de leer un reportaje en este diario: ‘A Juanchaco se lo traga el mar, sus habitantes luchan con costales de arena’.

Los profesores son Raúl Neira, ya pensionado; Germán Bolívar, experto en microbiología marina y Harold Cárdenas, ingeniero. Ellos ya han venido trabajando en el Pacífico colombiano desde hace décadas, junto con el profesor Jaime Cantera, así que conocen la zona en detalle y sus problemáticas.

“Comenzamos a trabajar en Bahía Málaga, Juanchaco, Ladrilleros, desde finales de los años 70. En ese entonces las viviendas que hoy se están cayendo en Juanchaco debido a la erosión costera de la playa estaban lejos del océano, a unos 300 metros o más. Pero han venido dándose cambios, como el calentamiento global y otros elementos, que juegan un papel muy importante en lo que está ocurriendo hoy”, dice el profesor Raúl.

Y lo que está ocurriendo es que Juanchaco, a una hora en lancha de Buenaventura y punto fundamental para el desembarque del turismo y para las comunidades locales, se está quedando sin playas. El mar se las traga, poco a poco, derribando lo que se interponga: casas, hoteles, tiendas, hostales, zonas de camping. Los habitantes de Juanchaco se han ido de a poco hacia la montaña, lo más lejos que se pueda del mar. El cambio climático ya genera miles de desplazamientos masivos en todo el mundo y poco se habla del asunto.

Para intentar mitigarlo en Juanchaco, los profesores de Univalle realizaron una propuesta para proteger a su gente en el mediano plazo, entre diez y 15 años. Se trata de construir un gran malecón de caucho, con llantas y roca, además de rieles en el fondo del mar, para proteger la poca playa que queda del impacto de las olas y las pujas, que son cada vez más fuertes.

“Lo que hemos venido trabajando es un proyecto de un malecón que además de ser solución a mediano plazo para Juanchaco, también soluciona un problema ambiental, al utilizar llantas que normalmente son un problema desde ese punto de vista. Para construir el malecón se requieren unos rieles de 10 a 15 metros y poder conseguirse llantas grades, de estos vehículos enormes del Cerrejón. Se coloca el riel a unos seis metros de profundidad, aunque eso debe estudiarse con precisión, después se colocan las llantas con rocas adecuadas soldadas a los rieles y posteriormente se hace el soporte y de esta manera se crearía un malecón sumergido que protegería a Juanchaco y su gente”, comenta el profesor Raúl.

Se trataría además de una solución viable desde lo económico, pero para lograrlo se requiere que las autoridades del Valle del Cauca, entre ellas la Gobernación y la Alcaldía de Buenaventura, le pongan atención a un asunto del que hasta el momento, se han mantenido en silencio.

La única entidad oficial que se ha pronunciado sobre la situación de Juanchaco es la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Una delegación de la oficina visitó la zona para evaluar las afectaciones generadas por el fuerte oleaje de las últimas semanas.

“En Juanchaco, uno de los corregimientos más afectados, se constató que la erosión ha destruido más de 100 metros de terreno y comprometido una zona de aproximadamente 800 metros. Debido a la alta densidad poblacional y la gravedad de los daños, la UNGRD identificó la necesidad urgente de implementar obras de emergencia y brindar asistencia técnica a la alcaldía municipal para la radicación de proyectos en la Subdirección de Reducción del Riesgo la entidad”, dijo la entidad.

El problema es que ni Juanchaco, ni Ladrilleros, tienen tiempo. Las obras deben comenzar ya o de lo contrario sus playas serán apenas un bonito recuerdo. La propuesta del malecón de caucho quizá pueda ser una pronta salida.