Columnistas
Los pesimistas tienen esperanza
A pesar del deterioro global de la confianza, el optimismo y la bondad.
El negativismo, la polarización, la desconfianza y el pesimismo, es decir, el cinismo en toda su amplia gama de presentaciones, parece haberse apoderado del mundo.
Tal circunstancia, que es un lamentable error, lo único que ha hecho es generar miseria, destruir y hacer que la gente concluya que “como todo está tan mal, y nada tiene solución, lo mejor que podemos hacer… es no hacer nada”.
Las personas dominadas por el pesimismo solo tienen energía para hablar de todo lo negativo que pasa frente a sus ojos. Es como si sufrieran de una ceguera selectiva hacia las cosas buenas que, seguramente, están ocurriendo.
Esa es la esencia del pensamiento cínico a nivel global, pero también lo es en el pensamiento y actitudes de las personas a nivel individual.
Abundan las personas que solo abren la boca para decir algo negativo y que solo se interesan en las tragedias propias o ajenas y en las infinitas posibilidades de que las cosas salgan mal. Rara vez se les oye mencionar aspectos positivos sobre ellos, sus allegados o las circunstancias locales, nacionales o globales. Es como si las buenas noticias no existieran o no fueran interesantes.
Las consecuencias de tal actitud no pueden ser más destructivas. Diversas investigaciones han demostrado como el pesimismo y el cinismo:
Roban nuestro presente, ensombrecen nuestro futuro, generan depresión, nos envejecen, nos enferman, nos empobrecen, llevan a una muerte prematura y al caos social.
Toca entonces preguntarse: ¿Cuáles son las razones por las que predomina y sobrevive el cinismo por encima del optimismo y de las actitudes más positivas?
Las razones guardan relación con los mitos que han perpetuado al cinismo como algo positivo:
1. Se idealiza al cinismo porque se lo considera propio de personas más inteligentes.
2. El cínico tiene una actitud de superioridad moral sobre los demás: “¿No se han dado cuenta lo que se les avecina?”.
3. La desconfianza permanente refuerza la vigilancia para, supuestamente, prepararse ante las eventuales sorpresas desagradables. Es decir, confiere una cierta seguridad.
4. Es una manera de controlar a los demás.
5. Es una forma de conseguir adeptos que piensan igual. Por eso se forman los clubes donde sus miembros tienen la misión de difundir noticias negativas y teorías de conspiración que carecen de comprobación.
“Esperanza para cínicos. La ciencia sorprendente de la bondad humana”, del psicólogo de Stanford, Jamil Zaki, es un libro publicado por Hachette Books (2024) donde demuestra con estudios muy bien sustentados, la forma como el cinismo, entendido como el pesimismo y la desconfianza en la bondad humana, han aumentado en las últimas décadas y cómo tal perspectiva afecta negativamente tanto a individuos como a sociedades. Este libro se ha convertido en un éxito editorial, gracias a demostrar que el optimismo y la esperanza generan bienestar, mejoran la salud y permiten una vida más grata y constructiva y ha recibido grandes elogios por su enfoque equilibrado y fundamentado en la ciencia.